Los duendecillos son seres fantásticos a menudo simpáticos y con buenas intenciones, pero a los cuales a veces los niños temen porque simplemente se inmiscuyen sin avisar en sus vidas. Esto es lo que suele hacer Dick, un pequeño duende de muy buen carácter y voluntarioso, que a pesar de ello debe esconderse de las miradas de los humanos. Dick habita una mansión de la campiña inglesa en plena Guerra Civil. Éste se encarga de barrer de vez en cuando y evitar que sucedan desastres, todo sin mostrarse a los demás y sin recibir agradecimientos por ello. Los nuevos propietarios de la casa son menos supersticiosos que los anteriores, y por eso para ellos lo sobrenatural y fantástico pierde fuerza. Su fe, no obstante, la recobrarán cuando Hobberdy ayude al hijo de la familia a conseguir el amor de la chica a la que quiere, y cuando salve a la hija de que unas brujas la secuestren. Como podemos imaginar, un fabuloso relato de un género bien conocido y representativo de la literatura infantil británica, la fantasía y la magia englobadas en situaciones realistas. Y todo esto a cargo de una experta en el campo del folclore y la tradición ingleses: Katharine M. Briggs.
Esta novela puede recordar mucho a las novelas de Arthur Ransome, creador de “Vencejos y Amazonas”. De hecho, “El lejano río Oxus” tiene un vínculo especial con este escritor. En primer lugar, fue escrito por dos niñas: Katherine Hull y Pamela Whitlock. Ambas rondaban los quince años de edad cuando trabajaron codo con codo para crear este libro inspirado en sus vacaciones de verano y en la región donde vivían. Decidieron enviar el manuscrito a su escritor favorito y principal fuente de inspiración, que no era otro que Arthur Ransome, quien acabó forzando su publicación al considerarlo uno de los mejores libros infantiles de la segunda mitad de los años 30’. Los protagonistas son una pandilla de niños que se divierten de mil maneras cuando no tienen que ir a la escuela. Cualquier tipo de actividad tiene cabida en esta preciosa novela, la cual además está perfectamente descrita y los paisajes son detallados minuciosamente. Nadie diría que fue escrito por dos niñas, y saber esto hace de “El lejano río Oxus” una lectura todavía más especial con la que sentirse identificado.
La historia de “Angelina bailarina” se centra en la búsqueda de los sueños. Se puede ver como un paralelismo en cuento infantil de la película “Billy Elliot”. La protagonista es una ratoncilla llamada Angelina, que sueña con convertirse en bailarina de ballet. Por las noches sueña que es una bailarina y durante el día a cada momento está practicando. Los padres, aunque reacios al principio a darle ese capricho a su hijo, entienden que pueden hacerla feliz con el baile. Por ello le compran un tutú y la apuntan a dar clases. Allí Angelina hace nuevas amigas, pero también enemigas, y aprende mucho de su querida profesora Lilly. En cierto modo, el libro también presenta el problema de sentirse acomplejado ante un reto por las características físicas de uno. Angelina es pequeña, es un ratón, y aun así demuestra que puede ser una de las mejores bailarinas de su academia. Esta genial historia de Katharine Holabird estimula a los niños a perseguir lo que quieren con énfasis, y a buscarse retos para seguir adelante.