Esta obra podría recomendarse con varios datos que sirven como sello de calidad. Por ejemplo, que el autor sea Meindert DeJong, ganador del Premio Hans Christian Andersen; y que tenga por ilustrador al celebérrimo Maurice Sendak. Los premios cosechados, la Medalla Newbery y el Deutscher Jugendliteraturpreis, rematan la carta de presentación. La historia transcurre en una región de Holanda, escenario de la infancia de DeJong, donde una pandilla de niños se preocupa porque en su pueblo nunca anidan la cigüeña, al contrario que en las aldeas próximas. Cuando descubren el motivo, que es la excesiva inclinación de los tejados, los protagonistas están decididos a solucionarlo colocando una rueda en lo alto. La cuestión entonces es encontrar una rueda en condiciones. Ésta aparece bajo un barco, y el problema a partir de aquí es poder cogerla antes de que suba la marea. Los niños consiguen que todo el pueblo de Shora se implique en la búsqueda, recogida y colocación de la rueda, y dos cigüeñas acaban por anidar en ella. Un relato que habla del esfuerzo y la persecución de los sueños, los cuales llegar a su consecución con la suficiente perseverancia.
“El señor Conejo y el hermoso regalo” es un clásico ilustrado por Maurice Sendak y escrito por Charlotte Zolotow. Por ello, contiene los mejores elementos de ambos autores. Por un lado, los dibujos de Sendak dan un aire mágico y especial a la obra, mientras que la trama también resulta absorbente. La protagonista es Charlotte, una niña indecisa ante un regalo que tiene que hacerle a su madre por su cumpleaños. Por suerte el señor Conejo se ofrece a asesorarla. El señor Conejo tiene la forma y el comportamiento de un humano, y evoca la figura responsable en la obra. Charlotte se obsesiona con los colores que le gustan a su madre y las ideas primeras que el señor Conejo le ofrece son surrealistas. Finalmente, Charlotte prepara una colorida cesta de frutas. La historia tiene un argumento circular que atrapará al lector pero sin aburrirlo. Esto lo hace predecible aunque siempre sorprendente. Los paisajes de fondo embellecen el cuento, pues son árboles, césped, riachuelos y demás elementos bucólicos. Este libro se trata de un imprescindible por la calidad de sus creadores y por los detalles reflejados en él.
Arsenio Lupin es famoso por considerarse el contrapunto del archiconocido Sherlock Holmes. No es que ambos fueran personajes de una misma historia (aunque Lupin lo citó en alguna obra), sino que su éxito y sus paralelismos los llevaron a ser muy comparados al principio del siglo XX. En esta comparativa, Arsenio Lupin sería un antihéroe, un antagonista, ya que se trata de un magistral ladrón. Sus elegantes fechorías se desarrollan a lo largo de más de 20 volúmenes. Lupin es un delincuente, pero no deja de ser un caballero y tiene unas reglas morales muy bien definidas dentro de su juego. Se trata de un personaje amado y odiado a partes iguales. Se comporta como un donjuán al tiempo que roba con sutileza. Los textos de Maurice Leblanc suelen ser irónicos, burlones, igual que Lupin, y por ello han hecho historia dentro del género policíaco. La primera colección de relatos es una buena muestra del carisma de este ladrón de guante blanco.
“La cocina de noche” es otra maravillosa obra del genial autor Maurice Sendak (más conocido por “Donde viven los monstruos”). Tanto su texto como sus dibujos resultaron revolucionarios durante su publicación en los años 60’ y 70’. En este cuento se narran las aventuras nocturnas de Mickey a través de uno de sus sueños, en el cual es diminuto y llega a su cocina, gigante, donde hay 3 panaderos. Mickey cae en el plato de la masa pero logra salir airoso antes de que lo horneen. Después, recubierto de masa, se dirige en un avión de pan hacia la botella de leche, donde se lava y además la proporciona para ayudar a los panaderos. Antes de amanecer Mickey vuelve a su cama. A los niños le suelen gustar las alocadas aventuras ideadas por Sendak, y esta, un tanto anárquica, también hará las delicias de los pequeños lectores.
“Donde viven los monstruos” es todo un best-seller de los libros infantiles a nivel internacional. De hecho se puede equiparar a la fama de su autor, Maurice Sendak, mucho más célebre que otros exitosos compañeros de profesión. El protagonista de la historia es Max, un niño que es encerrado en su cuarto tras amenazar a su madre. En su habitación crece entonces un bosque y Max adquiere un barco para ir “donde viven los monstruos”. Los susodichos monstruos son divertidos pero a la vez inquietantes. Max no sabe si tratar de domesticarlos, si unirse a sus fechorías o si ignorarlos. Cuando finalmente vuelve a su habitación le han servido la cena. Este espectacular cuento arroja moralejas sobre lo que uno quiere cuando no lo tiene sin ser explícito, pues realmente el lector se sumerge en las fantásticas ilustraciones y en la imaginación desbordante de Sendak.