El escritor Miguel Buñuel estableció un nuevo cánon en la literatura infantil española con “El niño, la golondrina y el gato”. Siendo un relato fruto de una adaptación de una novela adulta propia, “Narciso bajo las aguas”, este cuento rompía con los moldes de las historias que “debían” ser narradas en la posguerra. Y es que hasta entonces todas debían sopesar juicios morales. Buñuel, sin embargo, nos habla de un viaje de tintes oníricos y cargado de elementos fántasticos, con detalles que recuerdan a Lewis Carroll o incluso a Saint-Exupéry. Los protagonistas son un niño (sin nombre), una golondrina y un gato, quienes juntos emprenden un viaje más allá de los confines de la Tierra. El estilo, como podemos imaginar, es muy musical, poético y cuidado. Las firmes propuestas de valor de esta novela fueron recompensadas con el Premio Lazarillo y el Diploma de Mérito Andersen en 1962.
Uno de los personajes más famosos del cómic español es el Capitán Trueno. Publicado en pleno franquismo, este guerrero creado por Víctor Mora siempre hizo un poco la contra a los ideales de la época. El Capitán Trueno siempre iba acompañado por el gigantón Goliath y el aniñado Crispín, y luchaba por el amor de Sigrid. A lo largo de las historietas se muestran valores de independencia, de decisión y de crítica a los puntos de vista radicalmente opuestos. El Capitán Trueno demuestra que entre el bien y el mal hay matices y, a pesar de que lo consideren un héroe, también comete errores. Por ello, a menudo ha sido considerado como una especie de Don Quijote pero totalmente en su juicio y con los pies en el suelo. Varios dibujantes han dado vida al Capitán Trueno, aunque el más reconocido es Ambrós. Este imprescindible de las historietas en España fue publicado entre 1959 y 1968, y merece la pena sumergirse en sus páginas y disfrutar de sus incontables aventuras.
“El camino” es una de las novelas más leídas durante la adolescencia y juventud en España, ya que es recomendada en muchos entornos académicos. Miguel Delibes muestra su maestría en esta historia protagonizada por Daniel el Mochuelo, un chico que ha crecido en un entorno rural y que debe marcharse a la ciudad para estudiar. Sentimientos encontrados son los que pueblan el corazón de Daniel, ya que por un lado deja atrás una vida sencilla y feliz para embarcarse en una supuestamente mejor pero incierta. Esta temática es recurrente en la obra de Delibes, quien muestra el contraste entre la sociedad moderna y la tradicional, y el ámbito urbano y rural, y cómo esto afecta a las nuevas generaciones. De hecho, el título del libro ya resulta de por sí revelador, puesto que metafóricamente se refiere al transcurrir de la vida y el destino que gobierna nuestras acciones, y cómo esto afecta a nuestro comportamiento. Hemos de ser fieles a nosotros mismos y no separarnos nunca del camino.