En “El príncipe feliz” encontramos un relato conmovedor y lleno de humanidad, uno de los más conocidos de Oscar Wilde. El protagonismo recae sobre una estatua de un príncipe antaño querido. Este príncipe no deja de sufrir por el hambre y la miseria que azotan la ciudad que gobernaba. Sumido en la tristeza, aprovecha el parón de un ave migratoria sobre su estatua para pedirle que ayude a la gente llevándole partes de la propia estatua: rubís, oro, zafiros… Los habitantes de la ciudad cada vez viven mejor y salen de la miseria, pero el invierno llega y el ave muere por no haber llegado a tiempo. En ese momento, el corazón de plomo del príncipe se parte. El alcalde manda derretir la estatua pero no consigue fundir el corazón. Finalmente, un ángel celestial se lleva los dos bienes más preciados de la ciudad: el ave y el corazón roto. Como vemos, es una historia totalmente enternecedora y que invita a reflexionar sobre nuestra relación con el prójimo, y si de verdad nos comportamos como deberíamos.
“El fantasma de Canterville” es una de las obras más conocidas de Oscar Wilde. Su prodigiosa pluma queda de manifiesto en la historia de la familia Otis. El cuento transcurre en una mansión inglesa, donde una familia estadounidense llega a vivir. El dueño les informa de que está habitada por el fantasma de sir Simon. Ellos hacen caso omiso de su advertencia. No obstante, aunque el fantasma intenta todo tipo de triquiñuelas, ellos nunca se asustan. E incluso a veces se las devuelven. En este relato se entremezcla el drama con la comedia, y es más serio de lo que puede aparentar. De hecho, el fantasma sólo buscaba llamar la atención y acaba siendo ridiculizado. Al final se hace amigo de Virginia, una de las hijas, y ésta acompaña su alma para liberarla en un emotivo desenlace. Todo un clásico que cualquier lector incipiente debe leer.