Las historias de “El profesor Branestawn” fueron iniciadas como un programa de radio para la BBC que más adelante cobraron vida en forma de serie de libros. Norman Hunter hace gala de una desbordable imaginación creando a este genial personaje. El Profesor Branestawn es lo que se suele catalogar como un científico loco. Con sus excentricidades, Branestawn diseña artilugios de todo tipo. Con la típica bata blanca de laboratorio y gafas, el profesor está acompañado en sus aventuras por su fiel ama de llaves y por su amigo, el Coronel Dedshott. La mentalidad de ambos hombres contrasta, pues el ingenio y el idealismo de Branestawn chocan contra la estrategia y la frialdad militar de su colega. Algunos de los inventos del profesor reciben nombres como el atrapaladrones o el reloj eterno. Las aventuras escritas por Norman Hunter merecen mucho la pena como aproximación infantil a la ciencia, para despertar la curiosidad por ella a los más pequeños.
Las historias de Guillermo reportaron éxito a Richmal Crompton durante sus 38 entregas diferentes. Aunque actualmente esté un poco descontextualizada, la trama sigue siendo una fuente de diversión para los niños más intrépidos y rebeldes. Guillermo (William Brown en su versión original) es un chico muy revoltoso que lleva de cabeza a toda su familia. Sus diabluras causan estragos en su barrio, y aunque él no lo sienta así, mete en serios apuros a muchos de sus vecinos. Guillermo es capaz de sacar de quicio a cualquier persona, y aun así se las arregla para no ser castigado manipulando sentimentalmente a los adultos. Se trata de una realidad un tanto desfigurada pero que resultará muy atractiva para los niños más traviesos. Guillermo no es malo, pero sus cualidades y su imaginación no las utiliza provechosamente. Esta es una buena lección para los pequeños, saber sacar ventaja de sus virtudes.
Dentro de la literatura infantojuvenil de finales del siglo XIX y principios del siglo XX hubo un boom de historias con protagonista femenino. Dentro de éstas se encuentra “Ana, la de Tejas Verdes”, de Lucy Maud Montgomery. Ana Shirley llega a una granja gestionada por un hermano y hermana que ya son mayores, y los cuales buscan a un huérfano para que trabaje en ella. Ana no es lo que esperaban, aun así el hermano enseguida le coge cariño y consigue que permanezca convenciendo a su hermana. Pronto les quedará demostrado lo bueno de su elección, ya que Ana se gana la confianza de ambos e incluso se hace un nombre en toda la aldea. El final deja un cierto sabor amargo por la muerte del hermano, y porque Ana renuncia a su vida académica por quedarse en la granja. Se trata de un personaje que muestra el coraje y la vitalidad de las chicas en una época nada fácil para el género femenino. Respecto a otras historias similares, cabe destacar los toques oscuros de la misma que enganchan más si cabe a ella.
“El maravilloso mago de Oz” es uno de los cuentos que todo el mundo conoce. Quizá su fama sea debida principalmente a la adaptación cinematográfica de 1939, lo cual no resta méritos a la increíble novela de Lyman Frank Baum. De hecho, escribió trece libros más de la misma saga. La protagonista de la historia es Dorothy, una niña de Kansas que es transportada junto a su perro por un tornado a un mundo maravilloso. En dicho mundo deberá encontrar al Mago de Oz, que está en Ciudad Esmeralda, para poder volver a casa. En sus aventuras le acompañan tres personajes inolvidables: el león cobarde, el hombre de hojalata y el espantapájaros. Cada uno, a su vez, busca lo que le falta: valor, corazón y cerebro, respectivamente. Con todos estos ingredientes, la moraleja del libro es diáfana: la importancia de la amistad en los momentos de adversidad. Es esencial sentirse apoyado en las situaciones más complicadas, y éstas pueden hacerse llevaderas e, incluso, entretenidas. Un relato inolvidable.