“El castillo de púas” es uno de los clásicos más conocidos de la literatura infantil de Hungría. Esta obra, que sigue gozando de tremendo éxito y vigencia en su país de origen, retrata el medio rural del país centroeuropeo. Y lo hace István Fekete, conocido por su activismo en pos de la flora y la fauna de su patria, a través de dos jóvenes que veranean en el campo, cerca del lago Balatón. En esta época y en la susodicha región son instruidos por ancianos o lugareños experimentados, sabios que les enseñan valores que no se aprenden en otro sitio. Y es que pronto los dos muchachos sabrán defenderse de cualquier amenaza, sobrevivir en pleno monte y disfrutar concienzudamente de la naturaleza. “El castillo de púas” (“Tüskevár” en versión original) fue la Mejor Novela del Premio Big Read, de Hungría, y su éxito se relanzó con adaptaciones cinematográficas y secuelas literarias.
Algunos cuentos suponen un hito por su atrevida propuesta y por su voluntad de romper tradiciones o cuestionar valores arraigados. Los libros del genial Pef (Pierre Elie Ferrier) son de este estilo, especialmente “La bella y lisa pera del príncipe de Motordu”. El relato se construye como una fantasía de estilo medieval, con príncipes, princesas, castillos, caballos, etc. El príncipe de Motordu tiene ciertos problemas a la hora de construir frases, ya que confunde unas palabras con otras. En dichos juegos de palabras y confusiones del protagonista nacen las absurdeces que dotan de sentido de humor a este relato. Por supuesto, estos ingeniosos juegos cobran sentido en el idioma original del cuento, el francés, lo cual lo convierte en una obra de difícil traducción. Aun así, el surrealismo que es narrado es plasmado también en las ilustraciones del propio Pef, y niños de cualquier región pueden disfrutar de cómo los príncipes y princesas son reducidos al ridículo en esta hilarante historia.
Hay novelas para jóvenes que no ofrecen concesiones en su temática. “Soy el rey del castillo” es una de ellas. Susan Hill quiso recalcar que el poder de lo malvado prevalece en nuestro mundo, y en cualquier rincón se puede atisbar crueldad e injusticia. En este relato se denuncia todo ello en el marco de dos niños que no se llevan bien y en el cual su comportamiento llega a extremos insospechados. Charles y Edmund tienen once años, y ambos están condenados a vivir juntos porque la madre de Charles pasa a ser ama de llaves del padre de Edmund. Éste último hace la vida imposible al débil Charles. Por si esto fuese insuficiente, los dos chicos acuden al mismo internado y Edmund roba las amistades a Charles, quien no soporta el dolor acumulado y acaba suicidándose. Aunque la medida puede parecer desesperada a ojos del lector, lo cierto es que muchos niños que hayan sufrido acosos en su infancia se sentirán identificados con Charles. Nadie es propiedad de nadie, y cualquier intento de abuso debe ser denunciado y consecuentemente castigado.
“El castillo soñado” es una novela con protagonista femenino carismático. Aunque no sea la historia más famosa de Dodie Smith, famosa por “101 dálmatas”, sí que es un bonito relato para jóvenes. El cuento se centra en Casandra Mortmain y en sus ambiciones por convertirse en escritora, intentando así corregir los pasos de su padre, un fallido escritor. El escenario es Bohemia, en los años 30’, y un castillo medio en ruinas. Este castillo resulta precioso para los que lo visitan pero un tanto aburrido para los que lo habitan. Casandra escribe compulsivamente en su diario para capturar la esencia del castillo, y su carácter se enfrenta a las pretensiones artísticas y la personalidad arrogante de los nobles. Pero la fortaleza de Casandra se ve atacada cuando se enamora de un hombre que a su vez se enamora de su hermana. No obstante, la historia recupera la esperanza para Casandra revitalizando la carrera artística de ésta, y mostrando la fuerte personalidad de la protagonista para hacer frente a cualquier tipo de vicisitudes.