¿Quién no conoce las historias de Los Cinco? La celebérrima saga de Enid Blyton se inició con este título: “Los cinco y el tesoro de la isla”. En él, los personajes que nos acompañarán a lo largo de la serie son presentados: Dick, Anne, George, Julian y Timothy, el perro. Todo comienza cuando en la costa de Cornualles, durante las vacaciones de verano, se reúnen todos los protagonistas, quienes son primos o hermanos. En una expedición a la isla de Kirrin, encuentran un tesoro que estaba enterrado. Sin embargo, no son los únicos que tropiezan con el botín, sino que unos malhechores se interponen en las aventuras de Los Cinco y los hacen prisioneros. Sólo Timothy aparece oportunamente para rescatarlos. En esta primera entrega se sientan las bases de los veinticinco libros de la saga, en la cual Enid Blyton demostró la importancia de la imaginación en la ficción infantil.
La misma autora de “Los buscadores de tesoros”, Edith Nesbit, ofrece esta historia (alargada en varios libros más) de índole fantástica. Mientras que otras obras de Nesbit son más realistas y aptas para su publicación en revistas, en éstas se dirige especialmente a un público infantil con tal de entretenerlo. Todo ello sin renunciar a su crítica social y a la búsqueda de valores humanos. Los protagonistas son amigos entre sí, y descubren un hada de aspecto inquietante en el fondo de un pozo. Ésta les ofrece un deseo cada día por haberla salvado. Muchas veces los deseos no son bien pensados y tienen consecuencias desastrosas. Los efectos de cada deseo acaban al finalizar cada día. Así, los niños aprenderán que muchas de las cosas que ven en sus cuentos no son posibles en el mundo real, y que hay que pensar bien en las consecuencias antes de tomar cada decisión. Al final, lo único que quieren es deshacer el encantamiento del hada, para quedar aliviados. De forma ácida, el hada dice que nunca se lo digan a los adultos, ya que si no ésta se convertiría en un objeto de deseo por parte de los mismos y el sistema social la acabaría por destruir.