Los duendecillos son seres fantásticos a menudo simpáticos y con buenas intenciones, pero a los cuales a veces los niños temen porque simplemente se inmiscuyen sin avisar en sus vidas. Esto es lo que suele hacer Dick, un pequeño duende de muy buen carácter y voluntarioso, que a pesar de ello debe esconderse de las miradas de los humanos. Dick habita una mansión de la campiña inglesa en plena Guerra Civil. Éste se encarga de barrer de vez en cuando y evitar que sucedan desastres, todo sin mostrarse a los demás y sin recibir agradecimientos por ello. Los nuevos propietarios de la casa son menos supersticiosos que los anteriores, y por eso para ellos lo sobrenatural y fantástico pierde fuerza. Su fe, no obstante, la recobrarán cuando Hobberdy ayude al hijo de la familia a conseguir el amor de la chica a la que quiere, y cuando salve a la hija de que unas brujas la secuestren. Como podemos imaginar, un fabuloso relato de un género bien conocido y representativo de la literatura infantil británica, la fantasía y la magia englobadas en situaciones realistas. Y todo esto a cargo de una experta en el campo del folclore y la tradición ingleses: Katharine M. Briggs.
Uno de los poetas más celebrados de siempre en Jamaica es James Berry. Este autor, conocido por sus versos, representa a la perfección la cultura de su país. En “Anancy Spiderman” Berry hizo una incursión en la literatura infantil pero sin perder de vista esa labor como altavoz del folclore jamaicano. Y es que el libro es una compilación de tradiciones orales que el propio autor recordaba de su infancia. Su magnífico estilo transmite la frescura del relato contado a viva voz, y además respeta los datos originales. Anancy es una araña persuasiva que, junto a sus enemigos, protagoniza historietas de estos seres a veces retratados como malévolos. Desde luego que son un tipo de fábula nada al uso que dejan en el lector una sensación de realismo y misterio sin parangón. El texto contiene referencias históricas, geográficas, culinarias y del estilo de vida de los jamaicanos; y está aderezado con estribillos y partes más musicales. Y por él desfilan criaturas variopintas como monos, tigres, brujas y chamanes, guiño a su vez a la influencia de África a la hora de moldear la cultura de Jamaica. Cultura que para esta isla del Caribe nunca estuvo mejor representada que con James Berry.
Euclides Jaramillo es considerado toda una institución en Colombia. Sus investigaciones, sus escritos sobre la historia de su país y sus aportaciones literararias son patrimonio. Incluso sus incursiones en los cuentos para niños tienen un componente patrimonial. Los “Cuentos del pícaro Tío Conejo” son una antología de historietas derivadas de la tradición oral de Colombia. Relatos con ciertos dejes de fábula que tienen por protagonista principal a un conejo bromista y socarrón. Uno de los cuentos más famosos que contiene son “Tio Conejo y la zorra muerte”, que reúne todos los elementos de diversión que hace que esta obra sea cumbre en la literatura infantil colombiana. En definitiva, una lectura imprescindible para acercarse a la cultura de América Latina y su folclore oral, ese que llega de abuelos a padres, y de padres a niños, y asegura la prevalencia de una tradición propia.
No es difícil adivinar dónde transcurre y de qué puede tratar esta novela con tan sólo leer su título. Ciro Alegría fue uno de los mejores escritores indigenistas de Perú y el que mejor y con más éxito se aproximó a la literatura infantil. En “Las aventuras de Machu Picchu” narra el devenir de un pastorcillo que ha vivido siempre en las tierras más vírgenes y mejor conservadas de Perú. La sencillez es una de las máximas en el estilo de vida que profesa la gente de esta región, evocación de la provincia de Huamachuco, donde creció el autor. Las costumbres, parcialmente heredadas de los incas, están profundamente arraigadas y transportan al lector a una vida tranquila y en armonía con el pasado y con la naturaleza. Las descripciones de Ciro Alegría son precisas pero no recargadas, y se permite el lujo de introducir otras historias del folclore oral dentro de su propia narración. Como podemos imaginar, con “Las aventuras de Machu Picchu” estamos ante uno de los mayores clásicos infantiles de Perú en el siglo XX.
“El collar del somorgujo” es una de las más orgullosas representaciones de la literatura infantil canadiense. Empleando además parte del folclore de Canadá como leitmotiv, William Toye creó una historia excepcional. En ella se funden el mito y la leyenda para transmitir ideales de justicia y amor por la naturaleza, valores muy arraigados en el país norteamericano. El relato se inspira en una tradición de los nativos, quienes decían que el somorgujo, un ave característica de Canadá, podía curar la ceguera. En una ocasión, el somorgujo devolvió la vista a un anciano, y se dice que éste lo recompensó con un collar de conchas. El collar permaneció en su cuerpo y algunas conchas salpicaron por su espalda. De ahí el característico moteo del plumaje del somorgujo y su mancha en forma de collar. Además de la historia, las ilustraciones que lo acompañan, el característico collage de Elizabeth Cleaver, resultan maravillosas. Por si esto no fuera suficiente, “El collar del somorgujo” también es una descripción de los bellos paisajes canadienses, y una invitación a conocer este asombroso país a través de su literatura.
Las historias de Italo Calvino siempre se han caracterizado por su carácter moralizante y sus alegorías. Además, es uno de los más reconocidos fabulistas y recopilador de relatos de Italia. En este caso en particular, “El vizconde demediado” narra las andanzas de Medardo de Terralba, un noble del siglo XVII que combate en Bohemia frente al ejército turco. El vizconde es herido progresivamente hasta que una bala de cañón lo parte en dos. Aunque sobrevive gracias a la destreza de los doctores, la mitad de su cuerpo es horrible. El vizconde regresa a casa habiendo triunfado en la guerra pero psicológicamente destrozado por los daños irreparables que ha sufrido. Esto se traduce en sentimientos de odio hacia todo lo que le rodea. Por suerte, recupera todo lo bueno de su cuerpo y el vizconde se vuelve a sentir completo y lleno de vigor y de buenos sentimientos. Muchos han querido ver en esta historia una crítica a la Guerra Fría y la dualidad que ésta estaba causando.
Italo Calvino fue uno de los autores italianos más reconocidos de la segunda mitad del siglo XX, sobre todo por su extensa actividad. Esta inquietud constante queda de manifiesto en esta antología de cuentos y tradiciones del folclore de Italia. Además de englobarlos todos los relatos bajo un mismo título, Calvino hizo hincapié en mostrar la diversidad regional de su propio país, y sintiéndose orgulloso de que en la diferencia está el respeto. Hay algunas historias en “Cuentos populares italianos” que son versiones desfiguradas de clásicos tan arraigados en toda Europa como “Blancanieves”, “El príncipe y el sapo” y “La Bella durmiente”. Todo adaptado a las costumbres italianas. No falta casi ningún ingrediente en esta recopilación, y se acentúan elementos culturales como el amor por la gastronomía. Se trata de una maravillosa obra para adentrarse en la cultura de Italia a la vez que se aprenden valores universales.