De la saga homónima, este libro es realmente el segundo de la misma. La saga completa de “La casa de la pradera” cuenta la infancia de la autora, y se inició con el fabuloso “La casa del bosque”. En este libro se cuenta el viaje de la pequeña Laura Ingalls con su familia desde Wisconsin hasta Kansas. Los padres de Laura muestran una actitud positiva que intentan transmitir a la niña para que se sienta segura a lo largo del viaje y para que distraiga su mente de los peligros del camino. La precisión histórica del relato es admirable, y se describen paisajes, vestimentas, costumbres y la presencia de los nativos norteamericanos. Como en otras novelas de Ingalls, la mirada es más adulta de lo que puede parecer, y la melancolía y crudeza conviven con la inocencia de la pequeña protagonista. Una imprescindible de la literatura infantil de Estados Unidos.