Un clásico de las novelas de detectives para niños en particular y de la literatura infantil francesa de posguerra en general es “El caballo sin cabeza”. El misterioso título deriva de un cuerpo de caballo estropeado que los niños protagonistas montan sobre ruedas y utilizan para divertirse. Dicho baluarte de la pandilla protagonista desaparece un día en condiciones misteriores. Es entonces cuando los jóvenes, intrigados por los sucesos, unen fuerzas con la policía para detener a los malhechores. El relato tiene dosis de suspense que mantendrán pegado a cualquier lector incipiente, así como los elementos característicos de las mejores historias de detectives. El inmejorable escenario es el París de los suburbios y tras la Segunda Guerra Mundial. El autor es Jean Sabran, quien bajo el pseudónimo Paul Berna publicó literatura infantil y logró bastante éxito con ello. Como se ha comentado, un clásico cuya popularidad se multiplicó con la adaptación cinematográfica de Disney en los años 60.
“Sin familia” es un libro melodramático que cuenta las peripecias de Remi, un desgraciado niño que es huérfano pero lo desconoce. Vive con su nodriza, y cuando se entera siente gran frustración. Entonces deja a su familia adoptiva y se adentra en múltiples aventuras con Vitalis, un artista ambulante. Las escenas del libro son muy crudas, y los diferentes personajes pasan por momentos de lo más miserable: violencia animal, sufrimiento de frío, hambre, accidentes laborales. Es una constante contradicción, donde los malos siempre se salen con la suya y los pobres sufren. Pero estas aventuras le llevan hasta su familia verdadera. La historia de Hector Malot es comparada con las de Zola por su dureza narrativa.