El matrimonio Sandberg trabajaba conjuntamente, siendo ella, Inger, la creadora de las historias y él, Lasse, su ilustrador particular. La idea de la historia de un fantasma simpático nació de los propios miedos del hijo del matrimonio sueco, ¿qué mejor forma que remediarlos dedicándole un libro infantil? Publicaron y tuvieron éxito en los ’70, con un estilo particular nada anticuado. Lasse falleció en 2008, y además de la colaboración con su esposa, adquirió renombre en Suecia como artista de cómics y dibujos animados.