Este teólogo y sacerdote alemán definió con sus fábulas a la perfección los valores del siglo XIX. No obstante, se hizo más famoso en su país por escribir letras de canciones. De hecho, uno de los villancicos alemanes más famosos, “AlleJahrewieder”, es de los más populares. La forma de tratar temas trascendentales para el ser humano dota a su obra de un interesante anacronismo: te traslada al pasado pero sería perfectamente válido para la sociedad actual.