Desde el punto de vista puramente artístico, “La madre tatuada” es una obra tremendamente original, tanto por la forma de narrar de Jacqueline Wilson como por el uso inteligente de recursos en las ilustraciones por parte de Nick Sharratt, como el incrustar el texto en los tatuajes de la madre. Las protagonistas son Dolphin y Star, dos niñas cuya madre es mentalmente inestable y con la que deben convivir día tras día sin predecir su comportamiento. Unos días su madre, llamada Marigold, se entrega por completo y es muy divertidad mientras que otros, no da palo al agua y las hijas deben tomar las riendas de la familia para salir adelante. Esta desestructuración provoca que las niñas maduren a la fuerza. Aunque también es diferente la manera en que cada una afronta la problemática. Star, por un lado, es cínica y tajante con su madre; por otro lado, Dolphin sabe sacar lo mejor de Marigold y exprimir los días buenos. Es el contrapunto que realmente necesita la familia para no irse a pique. Wilson nos muestra lecciones compasivas sin caer en el sentimentalismo, y entendiendo que esta desgarradora historia muestra una circunstancia desafortunadamente común.
“La guerra de Carrie” presenta un enfoque curioso para tratarse de una novela sobre la Segunda Guerra Mundial. Los protagonistas son dos hermanos galeses, Nick y Carrie Willow, quienes son evacuados de su aldea para ser llevados a un lugar seguro. Los Willow son arrancados de su familia, y ese sentimiento de no sentirse en tu hogar y de haber perdido una parte de ti lo conservan durante todo el relato. Para más inri, los Willow son obligados a convivir con el señor Evans, quien abusa de los que están a su cargo y establece un régimen de represión. Por suerte, la hermana de Evans, Lou, se porta bien, y los chicos empiezan a hacer más amigos en su nuevo hogar. Su sentimiento de arraigo en la nueva aldea va creciendo a medida que descubren el pasado de sus habitantes. Toda una comunidad se despliega ante Carrie y Nick, y evoca la madurez en la reflexión que experimentan los adolescentes en poco tiempo. “La guerra de Carrie”, además, recibió el Premio Phoenix en 1993, signo de su importante valor literario.
El relato que Judith Kerr nos ofrece en “Mog, la gata despistada” nos permite identificarnos en aquellos momentos en los que no nos sentimos útiles para nada. La protagonista es Mog, una gata que, pese a sus esfuerzos, sólo da quebraderos de cabeza a sus amos. La familia Thomas cuida y quiere a Mog, pero poco a poco la paciencia de éstos aminora y la única que sigue confiando en la gatita es Debbie, la hija. Mog entorpece la vida cotidiana de los Thomas sin ser consciente de ello, ya que se mete en medio sin querer o se olvida de cómo se tiene que comportarse o dónde están las cosas. Por suerte, todos tenemos nuestra oportunidad, y Mog la aprovecha, como no, también sin darse cuenta. Un día que sale al jardín para intentar escaparse se queda atrapada. Cuando quiere volver a casa, aprovecha la aparición de un hombre a medianoche en la cocina. Mog maúlla sin parar para reclamar su atención y lo que consigue es que el hombre, que era un ladrón, sea atrapado y descubierto. Los Thomas adoran desde ese momento a Mog y prometen que la tratarán bien y como una heroína.
“Una noche de nieve” es la primera entrega de una serie de libros escritos por Nick Butterworth y que tienen como protagonista a Percy, el guardián de un parque. Sus relatos son divertidos pero al mismo tiempo conmovedores, rasgos que marcan mucho a los pequeños lectores. Percy vive solo en una cabaña y durante el día se dedica al cuidado de un parque. Se conforma con una vida sencilla y disfruta los pequeños placeres cuando se retira a descansar a su hogar. Percy es amigo de los animales que viven en el parque, y se convierte poco a poco como en un padre para ellos porque los cuida y además los ayuda a salir de situaciones difíciles. Estas situaciones no son tristes, en absoluto, y de hecho arrancarán más de una carcajada. El momento cumbre llega cuando Percy enferma y los animales se conjuran para hacerse cargo del parque y restaurar la salud de su querido compañero. Erizos, conejos, patos y tejones entre otros pondrán de su parte para devolverle el favor. Como vemos, es una historia en la que se acentúan los valores de amistad y compañerismo, y la reciprocidad que debe de haber en estos casos.