Las novelas infantiles ambientadas en época de guerra fueron muy típicas a mediados del siglo XX. Además, gozaron de tremendo éxito entre el público joven. “La espada de plata”, escrita por Ian Serraillier, recibe el nombre de un objeto simbólico que representa la esperanza de la familia protagonista: los Balicki. Esta familia es disgregada durante la guerra a causa de los ataques sobre Varsovia. El padre, Joseph, es enviado a un campo de concentración nazi por irreverencia, mientras que su esposa es más adelante también deportada. Los hijos (Edek, Ruth y Bronia) desaparecen e incluso se piensa que están muertos. La historia narra la epopeya de cada miembro de la familia en busca del resto. Como podemos imaginar, el relato está repleto de momentos duros, pero también transmite valores de humanidad, dignidad y supervivencia. De una forma agradable, “La espada de plata” nos describe cómo cualquier guerra puede acabar con la vida de la gente y que ésta ya no vuelva a ser como antes.
La novela “El tesoro del lago de la Plata” probablemente es la que mejor representa el Lejano Oeste de las escritas por autores alemanes. Karl May, su escritor, curiosamente no visitó Estados Unidos hasta mucho después de escribirla. Se trata de un relato de aventuras, acción y valentía en un escenario muy de moda para los emigrantes alemanes del siglo XIX. Los protagonistas son Old Firehand y Old Shatterland, los cuales llevan a su cargo a muchos hombres a un lago en las Montañas Rocosas para explotar una mina de plata. En su camino hacen frente a tribus nativas, a bandoleros que buscan un tesoro y a otro tipo de vicisitudes. Aunque pueda contener tópicos, realmente escenifica aquel Estados Unidos profundo del siglo XIX, y los indios son tratados con respeto y admiración.