Fantasía y realidad se entrecruzan en este relato por momentos costumbrista y a ratos surrealista. María Merryweather tiene trece años y debe trasladarse a la finca Moonacre con su perro Wiggins y su institutriz. La historia está ambientada a mediados del siglo XIX en Inglaterra. El primo de María vive en un castillo de origen normando y la llegada de la protagonista hará que ésta se sumerja en un mundo fantástico inspirado en los cuentos medievales y la novela caballeresca. Criaturas fantásticas, como unicornios, habitan el valle. Allí María hará amigos imaginarios que luego son personas diferentes en la vida real. Como no podía ser de otra manera, el conflicto imperecedero entre el bien y el mal también se pone de manifiesto en “El pequeño caballo blanco”, en este caso a través de María y su primo Bnejamin. Uno representa la luna y otro el sol. El carácter pacifista de María se impondrá y devolverá la paz a la finca Moonacre. Este libro es un conjunto de ideas ilusorias que calan en el lector de la mano de la excepcional Elizabeth Goudge.
La sensibilidad que Osamu Tezuka tenía para representar el reino animal queda de manifiesto en “Kimba”. Este clásico del manga japonés se convirtió en la primera serie animada a color, estrenada en 1965. El protagonista es un león que debe sobrevivir sin la ayuda de sus progenitores, ya que su padre muere a manos de un cazador y su madre es capturada para espectáculos circenses. A pesar de los obstáculos que se encuentra en su camino, Kimba no pierde nunca su buen carácter y mantiene las esperanzas de ver convivir en armonía a humanos y el resto de animales. En un ejercicio de solidaridad y sirviendo de ejemplo para muchos, Kimba acaba sacrificándose para salvar la vida de un hombre que era amigo suyo. Muchos han querido ver relaciones entre esta historia y “El rey león” de Disney, pero lo cierto es que Tezuka en su momento también empleó referencias de clásicos como “Bambi”. “Kimba” es actualmente un clásico en Japón, y una historia infantil que transmite valores universales que todo niño debería aprender.
Arsenio Lupin es famoso por considerarse el contrapunto del archiconocido Sherlock Holmes. No es que ambos fueran personajes de una misma historia (aunque Lupin lo citó en alguna obra), sino que su éxito y sus paralelismos los llevaron a ser muy comparados al principio del siglo XX. En esta comparativa, Arsenio Lupin sería un antihéroe, un antagonista, ya que se trata de un magistral ladrón. Sus elegantes fechorías se desarrollan a lo largo de más de 20 volúmenes. Lupin es un delincuente, pero no deja de ser un caballero y tiene unas reglas morales muy bien definidas dentro de su juego. Se trata de un personaje amado y odiado a partes iguales. Se comporta como un donjuán al tiempo que roba con sutileza. Los textos de Maurice Leblanc suelen ser irónicos, burlones, igual que Lupin, y por ello han hecho historia dentro del género policíaco. La primera colección de relatos es una buena muestra del carisma de este ladrón de guante blanco.
Tras el éxito de “La llamada de lo salvaje”, Jack London publicó otra historia memorable sobre la vida salvaje: “Colmillo blanco”. En este caso, el proceso descrito es ligeramente inverso al de su anterior obra. El protagonista es un lobo salvaje que acaba viviendo en un ambiente doméstico. Colmillo Blanco empieza la historia devorando hombres en la Alaska más recóndita, para luego pasar por varios amos. Uno de ellos es especialmente cruel, y el protagonista sobrevive y acaba en manos de un amo bondadoso. Su tranquila existencia en California es interrumpida por los conflictos entre los humanos. Colmillo Blanco consigue tener unos cachorros que abren la posibilidad a mantener la estirpe del lobo. Se realiza una voraz crítica de la sociedad humana, pues se muestra que a pesar de que Colmillo Blanco se integre en parte de ésta, el mundo de los hombres es igual de violento o más que el mundo salvaje.
Los Mumin son unos de los personajes más célebres de la literatura finlandesa. Aunque mucha gente piensa que son hipopótamos, realmente son troles blancos. Su país se llama Muminlandia, y la historia se centra en una familia de estos entrañables personajes. Tanto el texto, en forma de poema, como las imágenes, son obra de Tove Jansson. Se puede vislumbrar lo que sucederá a continuación gracias a que hay cuadrados recortados en las páginas. Esto se usa también a veces como recurso narrativo. La imaginación que desborda “Los Mumin” es asombrosa, pero no por ello se aleja del realismo de cualquier familia. En definitiva, pretende mostrar el amor por los tuyos y tu hogar.