Cualquier niño ha tenido la oportunidad de disfrutar, en algún momento de su infancia, de la serie animada de “Dragon Ball”. Como la mayoría de animes japoneses, éstos vienen predecidos por una obra original en forma de cómic. Con esta creación Akira Toriyama pasó a convertirse en el mangaka más famoso a nivel internacional y uno de los más vendidos de todos los tiempos. Son Goku, Gohan, Goten, Krillin, Vegeta y compañía nos acompañan a través de más de 500 capítulos que, a su vez, hacen de esta obra una de la más longevas. Las premisas son las de cualquier aventura fantástica, pero con toques originales. La misión de Goku es encontrar las siete bolas de dragón para poder hacer reaildad cualquier deseo. Goku es el arquetipo de protagonista con un carisma superior al resto, que se nos muestra como un “elegido”. Toriyama no duda en ponerlo en apuros, y de esta forma el carácter de “Dragon Ball” se transforma de un producto infantil a otro más juvenil. Mientras que al principio abunda el humor, más adelante éste da paso a las artes marciales y la violencia, y la lucha entre el bien y el mal. Para todos los que han gozado con “Dragon Ball” durante su infancia, he aquí la obra original.
Robert Munsch quiso dar una vuelta de tuerca a las historias de los príncipes y princesas en este asombroso cuento. Rompiendo estereotipos, “La princesa vestida con una bolsa de papel” critica el costumbrismo en los cuentos de hadas, en las fantasías medievales y en las leyendas. Los giros argumentales aparecen a varios niveles. En primer lugar, la princesa debe salvar al príncipe. En segundo lugar, la princesa es ninguneada por el ataque de un dragón. En tercer lugar, no son felices ni comen perdices al final de la obra. La princesa Elizabeth y el príncipe Ronaldo se aman, pero éste es atrapado por un dragón. Dicho dragón, a su vez, ha incendiado el castillo de Elizabeth y la ha desposeído de todos sus ropajes, habiendo ésta de taparse con un trozo de papel. Aunque la princesa lo rescata, el príncipe le recrimina su apariencia, mientras que ésta insulta la inteligencia de él. Este libro de Munsch es ya todo un clásico, y hará reír tanto a niños como a mayores.
“El canto del dragón” es la primera entrega de la trilogía “”The Harper Hall”, de la estadounidense Anne McCaffrey. Estos libros se caracterizan por una curiosa combinación de fantasía clásica con ficción más futurista. El escenario es el planeta Pern, donde unos jinetes de dragones se comunican con sus monturas telepáticamente. Los habitantes de Pern se ven amenazados por las esporas letales de los Thread. Los dragones y sus jinetes deberán enfrentarse a los Thread para salvaguardar la paz de Pern. No obstante, esta trilogía, dentro del universo de Anne McCaffrey, está más centrada en el ámbito musical de Pern. La protagonista es Menolly, una adolescente que se escapa de casa para explorar sus habilidades musicales, y que tiene la suerte de encontrarse con el Arpista Maestro de Pern. Esta novela es sólo una de las tantas para adentrarse en el fascinante universo creado por McCaffrey, y una muestra de la mejor literatura fantástica adolescente.
“El dragón de mi padre” es el típico relato que los niños adoran y que es perfecto para contarlo justo antes de que éstos se vayan a dormir. El protagonista es Elmer Elevator, el cual se encuentra con una gata malherida a la que rescata y cuida. La gata es mágica, y le avisa a Elmer de la existencia de un dragón pequeño que cayó de una nube. El dragoncito no puede volar porque se hizo daño y hay gente que lo utiliza como transporte, abusando de él. Elmer decide entonces emprender una aventura hacia el lugar donde se encuentra el dragón, Isla Salvaje. El espíritu decidido del protagonista lo lleva lejos de su hogar a un sitio fantástico donde se ve obligado a usar su ingenio para sobrevivir. Al final se desvela que el narrador es el propio hijo de Elmer. Esta historia, escrita por Ruth S. Gannett e ilustrada por su madrastra, recibió el premio Newbery Honor Award y el A.L.A. Notable Book. Tuvo un par de secuelas, también exitosas. Aúna fantasía, aventuras y un espíritu alegre que fascina a los más pequeños. Por ello, las aventuras de Elmer deberían ser imprescindibles en cualquier infancia.