Uno debe gozar de cierto prestigio y reconocimiento para atreverse a recoger el testigo de los clásicos infantiles y darles una vuelta de tuerca. La poetisa británica Carol Ann Duffy hizo lo propio con dieciséis relatos de los irrepetibles Hermanos Grimm. Duffy rescató las historias de los Grimm y las varió sin modificar su espíritu oscuro, perverso y divertido original. De hecho, lo que nunca ha querido Duffy es caer en edulcorar las tramas. Manteniendo toques macabros, eso sí, el lector tendrá generalmente una sensación mayor de satisfacción porque los protagonistas suelen salir mejor parados. “Rumpelstiltskin y otros cuentos de Grimm” nació en 1999 a partir de una obra de teatro de dos años antes en la que la propia Duffy habría participado. El estilo poético, musical y rítmico de la autora también se deja entrever en el texto, al tiempo que las ilustraciones carentes de color de Prachatická complementan sin desvirtuarlo. Y es que uno podrá redescubrir cuentos como la “Cenicienta” o “Blancanieves” intentando percatarse de las diferencias manifiestas. Quién sabe, quizá os acaben cautivando más estas versiones que los originales.
“El erizo”, cuyo título original está escrito erróneamente adrede “The Hodgeheg” (en vez de “The Hedgehog”), ya muestra desde el primer instante el sentido del humor al cual nos acostumbra Dick King-Smith. Otras particularidades del estilo del autor son el retratar animales, generalmente débiles, que triunfan ante situaciones adversas, y que hablan y se expresan como humanos. En este texto una familia de erizos debe enfrentarse día tras día al cruce de una carretera para poder llegar al parque y cazar su comida. Ese simple instante supone para todos ellos un riesgo y una amenza a su supervivencia. El niño de la familia, Max, es agudo e inteligente, pero demasiado confiado como para querer intentar por su cuenta solucionarlo todo. Un fuerte golpe en la cabeza le provocará un defecto en el habla, pues el orden de las palabras en sus frases ya no será el mismo. Esto incrementa la gracia del cuento, y el niño que lo lea no dejará de reír ante la forma de hablar del joven erizo. Por otro lado, la victoria de estos animalillos viene a pesar del accidente, pues Max no pierde un ápice de su ingenio y encuentran uan forma de cruzar la carretera.
Los libros de Poli y el lobo han gustado mucho a niños de todo el mundo durante más de medio siglo por su atrevimiento y a la vez disparatado enfoque. Poli es una chica con desparpajo que tiene una especie de relación amor-odio con un lobo. El lobo, fiel a sus instintos, intentará devorarla en cuanto tenga oportunidad. Para ello este animal se sirve de ideas cogidas de otros cuentos y tradiciones. Pero Poli siempre se muestra un paso por delante y se defiende y manda al traste las intenciones del lobo. De esta forma, Poli intenta mostrar que los cuentos pueden estar cerca pero a la vez lejos de la realidad. Otro aspecto que le da importancia a la obra de Catherine Storr es el carácter de Poli, pues además de inteligente es determinada e independiente. La obra también está plagada de episodios en los que ambos se ayudan el uno al otro, así que es una amistad basada en una rivalidad. Un clásico que dejó ejemplares durante casi cuatro décadas.