Uno de los mayores bombazos comerciales de la literatura infantil en Estados Unidos es la serie “Si le das a…”, de Laura Joffe Numeroff. Ésta archiconocida saga se inició con “Si le das una galletita a un ratón”, y ya dispuso los cimientos que caracterizarían al resto de entregas. Las ilustraciones de Felicia Bond cautivan al lector al tiempo que éste se sumerge en refranes, ideas y tretas originalmente escritas. Uno de los principales temas a tratar son las reacciones en cadena, y cómo un acto acarrea consecuencias. Como es de imaginar, la aparentemente inofensiva causa ocasiona un efecto delirante y nada lógico, el cual maravillará a los niños. Indirectamente también se está describiendo la insatisfacción de los más pequeños, quienes a menudo muestran una curiosidad insaciable. En este libro precisamente caen presos de la curiosidad, y no es de extrañar que los lectores más avezados memoricen sus líneas y las repitan en voz alta. Todo un clásico que gustará a niños y a padres casi por igual.
Este entrañable oso ha vendido más de 35 millones de ejemplares y su popularidad es imperecedera. En la historia, llega como polizón a la estación de Paddington de Londres, procedente de Perú. El señor y la señora Brown lo acogen y le dan el nombre del lugar donde se lo encuentran. A partir de ahí Paddington es como un niño más, metiéndose en líos los cuales parecen aventuras para él mismo, enfurruñándose cuando no está de acuerdo con algo y comiendo dulces caprichosamente. Su éxito ha dado lugar a mucho merchandising e incluso se erigió una estatua de bronce en la estación de tren de Londres que le da nombre.