La historia narrada en “Mi amigo Friedrich” es la de dos niños que entablan una amistad en un escenario tan complejo como la Alemania nazi. El protagonista cuenta la historia siendo ya adulto, y nos hace viajar a través de su infancia y su amistad con Friedrich, un niño judío. La familia del protagonista está cargada de buenas intenciones, pero el miedo a la opresión del régimen les lleva a no actuar. De esta forma, la intensidad de la novela es progresiva, puesto que inicialmente los dos niños comparten momentos tranquilamente, pero más adelante el alzamiento de los nazis provoca una forzosa y trágica separación. La crítica a la ideología nazi a cargo de Hans-Peter Richter es voraz, e impacta especialmente el hecho de que el mal se instaurara como algo común y corriente. “Mi amigo Friedrich” le valió el Premio Mildred L. Batchelder a Richter en 1972, y, al igual que otras dos novelas juveniles suyas, se inspira en sus propias experiencias.
La Sirenita es un cuento infantil de renombre, tanto por la fama de su autor, Hans Christian Andersen, como por la adaptación animada de Disney. La importancia de esta historia en la literatura danesa se puede contemplar en la famosa estatua de La Sirena, símbolo de Copenhague.
Respecto al cuento, al igual que otros de Andersen, se caracteriza por el realismo, ya que muestra personajes de moralidad ambigua, finales no completamente felices e insatisfacciones. En ella se cuenta la historia de una sirena que desea vivir en tierra firme, sobre todo tras enamorarse de un marinero. También aparecen animales que interactúan con humanos. Como lección, muestra compasión hacia sus propios personajes, pese a las maldades presentes en el libro, mostrando la salvación del alma como última posibilidad de redención.
“El traje nuevo del emperador” narra cómo dos estafadores pretenden enriquecerse a corta de la ambición de un soberano, prometiéndole el mejor traje que cualquier persona podría confeccionarle. Los dos embaucadores le cuentan que está formado por una bonita tela no visible por aquellos que sean necios o cuya posición social no sea la que se merecen. Realmente no hay ninguna tela, por lo que el emperador no la ve, aunque dice que sí por miedo a ser tratado como tonto. Al final de la confección del traje, el emperador pretende mostrar que sí que ve la tela a pesar de ir desnudo, y todo el pueblo le sigue la corriente hasta que un niño cuenta la verdad.
Este relato, constructivo, está lleno de ética y muestra la humanidad muy común en la obra de Hans Christian Andersen. Éste pretendía humanizar cualquier tipo de ser, no mostrando diferencias entre ellos. En ello radica su originalidad, vinculada a la melancolía y extravagancia de la mayoría de sus cuentos.