Algunos cuentos suponen un hito por su atrevida propuesta y por su voluntad de romper tradiciones o cuestionar valores arraigados. Los libros del genial Pef (Pierre Elie Ferrier) son de este estilo, especialmente “La bella y lisa pera del príncipe de Motordu”. El relato se construye como una fantasía de estilo medieval, con príncipes, princesas, castillos, caballos, etc. El príncipe de Motordu tiene ciertos problemas a la hora de construir frases, ya que confunde unas palabras con otras. En dichos juegos de palabras y confusiones del protagonista nacen las absurdeces que dotan de sentido de humor a este relato. Por supuesto, estos ingeniosos juegos cobran sentido en el idioma original del cuento, el francés, lo cual lo convierte en una obra de difícil traducción. Aun así, el surrealismo que es narrado es plasmado también en las ilustraciones del propio Pef, y niños de cualquier región pueden disfrutar de cómo los príncipes y princesas son reducidos al ridículo en esta hilarante historia.
Al igual que sucedía con “Foxie”, “Roule Galette” también proviene de la tradición oral de Europa del Este. El cuento original, de origen ruso, se llama “Kolobok”. En este caso es adaptado por Natha Caputo para la colección francesa de Père Castor. El cuento muestra una torta que empieza a rodar por el campo después de que una mujer se la haya preparado a su marido. La torta vive un verdadero viaje donde se encuentra con todo tipo de animales, la mayoría de los cuales quiere comerla. Se trata de una torta humanizada, la cual se comunica y al tiempo que rueda va cantando, dejando a todos con la miel en los labios. Pero un zorro astuto prepara una artimaña para devorarla, la cual consiste en halagarla lo suficiente para que se confíe. La torta cae en la trampa y es devorada, lo cual sirve en bandeja una moraleja semejante a la fábula de Esopo “La zorra y el cuervo”. Para los niños, además, el libro es un ejercicio para aprender animales a medida que éstos aparecen.
Otra novela que es un buen paradigma del género de internados es “Los desaparecidos de Saint-Agil”. Este libro, publicado en 1935, cuenta las peripecias de tres amigos en el colegio francés de Saint-Agil. La historia está ambientada antes de la Primera Guerra Mundial, y los protagonistas se conocen entre sí por sus números de registro. Sus verdaderos nombres son Philippe, André y Mathieu. A los tres compañeros les gusta reunirse por las noches en el armario del aulario de ciencias, donde escriben sus hazañas en un cuaderno al tiempo que esquivan a los vigilantes del internado. Crean una organización secreta de la cual son miembros llamada Chiche Capon, y empiezan a conspirar para escaparse y lograr su sueño de llegar a Estados Unidos. Cuando empiezan a desaparecer misteriosamente uno a uno, hechos alternados con sucesos entre el profesorado, los niños restantes sospechan de que han conseguido sueño. Nada más lejos de la realidad, pues en los sótanos de Saint-Agil había montada una red de fabricación de dinero falso, y en torno a dicha red se situaba todo el aura de misterio. Se trata de una historia atractiva a la vez que intrigante.