“El traje nuevo del emperador” narra cómo dos estafadores pretenden enriquecerse a corta de la ambición de un soberano, prometiéndole el mejor traje que cualquier persona podría confeccionarle. Los dos embaucadores le cuentan que está formado por una bonita tela no visible por aquellos que sean necios o cuya posición social no sea la que se merecen. Realmente no hay ninguna tela, por lo que el emperador no la ve, aunque dice que sí por miedo a ser tratado como tonto. Al final de la confección del traje, el emperador pretende mostrar que sí que ve la tela a pesar de ir desnudo, y todo el pueblo le sigue la corriente hasta que un niño cuenta la verdad.
Este relato, constructivo, está lleno de ética y muestra la humanidad muy común en la obra de Hans Christian Andersen. Éste pretendía humanizar cualquier tipo de ser, no mostrando diferencias entre ellos. En ello radica su originalidad, vinculada a la melancolía y extravagancia de la mayoría de sus cuentos.