El polifacético Shel Silverstein se dedicó a la literatura infantil al tiempo que también componía canciones y se aventuraba en otro tipo de retos artísticos. Su eclecticismo queda de manifiesto en “Donde el camino se corta”. Silverstein no se dirigía a un público exclusivo en esta recopilación de poemas. Pueden entretener a niños, adolescentes y adultos. De la misma forma, las temáticas que se abordan también son variopintas. Existen versos surrealistas y otros muy serios; rimas humorísticas y otras terribles. Asimismo, cualquier cosa puede suceder leyendo estos poemas en voz alta. Te pueden transmitir cualquier sensación: romanticismo, sentido del ridículo, asco, felicidad… Y es que Silverstein quería que todos los que leían sus libros se quedaran con algo, se identificaran en alguna fase de la lectura. Y vaya si lo consigue. “Donde el camino se corta” es una antología imprescindible para todos los públicos.