Algunos cuentos suponen un hito por su atrevida propuesta y por su voluntad de romper tradiciones o cuestionar valores arraigados. Los libros del genial Pef (Pierre Elie Ferrier) son de este estilo, especialmente “La bella y lisa pera del príncipe de Motordu”. El relato se construye como una fantasía de estilo medieval, con príncipes, princesas, castillos, caballos, etc. El príncipe de Motordu tiene ciertos problemas a la hora de construir frases, ya que confunde unas palabras con otras. En dichos juegos de palabras y confusiones del protagonista nacen las absurdeces que dotan de sentido de humor a este relato. Por supuesto, estos ingeniosos juegos cobran sentido en el idioma original del cuento, el francés, lo cual lo convierte en una obra de difícil traducción. Aun así, el surrealismo que es narrado es plasmado también en las ilustraciones del propio Pef, y niños de cualquier región pueden disfrutar de cómo los príncipes y princesas son reducidos al ridículo en esta hilarante historia.
No son habituales las novelas históricas juveniles de siglos atrás. “La alondra y el laurel” transcurre en la Inglaterra medieval, a finales del siglo XV, en plena Guerra de las Dos Rosas. Barbara Willard abrió con este libro una saga de ficción histórica conocida como “Mantlemass”, y que se caracteriza por remarcar el papel de la mujer en una sociedad en la que aparentemente no tenía tanto poder. Toda la serie presenta personajes femeninos muy carismáticos, y un buen ejemplo son Elizabeth y Cecily, de esta primera entrega. Cecily, quien ha sido criada con todo lujo en Londres, es obligada a vivir en el campo con su tía Elizabeth mientras que su padre se fuga a Francia para evitar ser juzgado por la guerra. Cecily es inicialmente reacia al estilo de vida rural, pero su tía sabrá inculcarle sentido común y valores de integridad e independencia. Así, la joven protagonista dejará de lado los detalles superficiales para valorar más la vida de las personas. El relato está aderezado por el enamoramiento de Cecily y el temor de que sea separada de su chico en pos de un matrimonio de conveniencia. Un excelente ejercicio de evocación medieval en la Inglaterra de los Tudor.