El autor John Ryan creó las historias del capitán Pugwash con la intención de caricaturizar los famosos relatos de navegación y los hitos navales que se dieron en este ámbito, sobre todo en el Reino Unido. Las aventuras en el mar y la navegación siempre han gustado mucho en la sociedad británica, la cual está repleta de momentos históricos desde el siglo XV hasta el siglo XIX. Ryan pretendió acercar esto a los niños con unos cuentos muy divertidos, nada agresivos. De hecho pretende reírse de sus personajes para así cuestionar el estatus de idolatría que muchas veces se les profesa a los capitanes de barco. Pugwash es un capitán incompetente, y sus nefastas decisiones llevarán a su tripulación a pasar por peligros que al principio no sospechaban. Con la búsqueda de un tesoro como objetivo, por la obra desfilan maestres, grumetes y piratas, entre muchos otros. En el fondo Pugwash es cobarde, y los niños se acabarán riendo de él sin dejar de quererlo. El éxito de los libros estuvo influenciado por la serie animada de la BBC, con la cual Ryan también revolucionó el campo. Diversión sana y entretenida.
“La isla del tesoro” es un clásico de los libros infantiles. Es una buena transición entre las aventuras más infantiles y otras más adultas, ya que la madurez es un tema tratado en el libro. El protagonista, Jim Hawkins, es un joven que frecuenta la posada del Almirante Bembo. Allí conoce a muchos marineros que pasan por la taberna. Uno de ellos, Billy Bones, tiene un mapa con el tesoro enterrado por el fallecido Capitán Flint. A la muerte de Bones, Jim decide emprender hacia la isla con dos hombres de confianza para recuperar el tesoro. Sin embargo, unos piratas logran enrolarse en el barco y Jim ya no volverá a estar a salvo. El libro se caracteriza por una atmósfera de amenaza constante, y Jim a base de valentía sobrevive. Despertará en los niños ese espíritu maduro y valiente.