Los cuentos infantiles a menudo dan pie a adaptaciones televisivas, cinematográficas o teatrales. Los niños son un público fiel y fácil de contentar, y si un producto alcanza un cierto éxito como libro, casi con toda probabilidad expandirá el negocio a otros medios. Pocas veces un libro es creado a partir de la historia original de otro medio. Por eso. “Playa de alquitrán” es una excepción y muy rara además. Y es que Faith Ringgold publicó un libro para niños a partir de una de sus célebres story quilts o colchas de retazos, grandes telas tejidas que muestran una historia. Ringgold es famosa por estas obras de arte, las cuales ha expuesto en sitios como el Guggenheim de Nueva York. Allí está precisamente Tar Beach, germen de este cuento. La narración se centra en una familia afroamericana donde la hija, Cassie Louise Lightfoot, con tan sólo ocho años anhela deseos de libertad. Cassie de pronto se encuentra sobrevolando el Nueva York de 1939 y maravillándose con los edificios que vislumbra. La propia autora la ha calificado de obra autobiográfica y de ficción a la vez. Tal fue el éxito de este experimento que Ringgold recibió un Caldecott Honor Book en 1992, y prosiguió la serie sucesivas entregas.
Patricia Polacco se lanzó con una enternecedora historia, prácticamente autobiográfica, que cuenta el devenir de una familia a lo largo de todo un siglo. Y para ello se vale de un objeto de tremendo valor sentimental, leitmotiv con el que muchos lectores pueden sentirse identificados. Para Polacco, dicha “joya” familiar es una colcha, la cual da título a la obra. La colcha fue confeccionada por la tatarabuela de la autora tras inmigrar a Estados Unidos, y desde entonces protagonizó los instantes más relevantes de esta familia judía de origen ruso. Los recién nacidos eran arropados con ella, presidió estancias como dosel, acompañó celebraciones como mantel y, sobre todo, sirvió para calentar en los momentos más fríos. La autora siempre ha demostrado que esta manta tan especial, protagonista absoluta de “La colcha de los recuerdos”, todavía es usada, y las generaciones que están por venir… Un conmovedor cuento de familia aderezado además con las ilustraciones al carbón de la propia Polacco.