Esta especie de fábula moderna se desmarca de otras por su texto en verso y por estar escrita por una de las autoras brasileñas más queridas y celebradas internacionalmente. Ana Maria Machado creó “El perro del cerro y la rana de la sabana” para reverenciar a la amistad y la convivencia armónica en feliz. Todo ello a través de unos animales, potenciando así el estilo ingenioso y divertido que caracteriza a la escritora. Los protagonistas, que dan título a la obra, discuten por ver quién es más valiente. Haciendo una especie de campaña política, el perro y la rana intentan demostrar al resto de animales su bravura y ganarse una opinión favorable y mayoritaria. Todo esto acaba desencadenando la furia del león, y entonces los protagonistas se percatarán que deben superar sus diferencias para colaborar y vencer al léon. El humor está presente en todo momento, como la bien marcada moraleja. Las ilustraciones, de Irene Savino, acentúan más si cabe la calidad de este genial cuento.
Jeremías Peces es una rana que vive a orillas de un estanque en su pequeña casa. Debe salir a pescar para alimentarse, para lo cual se mete en chanclas, impermeable y usa un nenúfar a modo de barca. La pesca se tuerce, y sólo obtiene un pez no comestible, además de ser tragado por una trucha, que lo escupe por no gustarle su sabor. Al final vuelve a casa y prepara una cena para sus amigos, un lagarto y una tortuga, con lo que tiene.
Esta obra habla del conformismo de apreciar lo que se tiene. También, al igual que otras historias de Beatrix Potter, muestra un conocimiento de los animales y la naturaleza importante. Concretamente, era amante de las ranas, las cuales incluía en muchos de sus trabajos. Su intención fue escribirlo, probablemente, como obra de amor dedicada a su recién difunto marido.