Alguno podrá pensar que las historias de escuelas e internados han sido explotadas en la literatura infantil y juvenil. Es posible, pero cada autor y cada obra de seguro ofrecen una propuesta diferente. Un ejemplo es Antonia Forest y su serie Marlow, iniciada con este “Trimestre de otoño”. Las hijas de los Marlow son enviadas al colegio Kingscote en plena mitad del siglo XX, en Inglaterra. Variopintos temas son tratados en estas novelas, desde religión y deporte, hasta la cotidianeidad y la Historia. Forest sabe tratar cada tópico de manera revolucionaria y crítica, sin llegar al escándalo. Gracias a ello los personajes adquieren una profundidad inusual en este tipo de novelas para niños, lo cual enriquece la obra. Si uno se adentra en Kingscote, querrá acompañar a las gemelas Nicola y Lawrie Marlow en su viaje escolar hasta el final.
Esta historia de Antonia Barber, y magníficamente ilustrada por Nicola Bayley, describe los peligros de la vida del marinero y la situación de un pequeño pueblo costero. “El gato de Mousehole” está inspirado en el folclore oral de Cornualles, y cuenta la sagacidad del marinero Tom Bawcock, quien se adentra en el mar cuando más tormenta hay para pescar para su comunidad. Un enfoque característico lo da el narrador de la historia, pues no es ni más ni menos que el gato de Tom, Mowser. Como podemos imaginar, Mowser piensa que la tormenta, los rayos y los reflejos en el mar son todo un gato gigante y malvado. Hay escenas de verdadero dramatismo en el que los dibujos captan el salvajismo de una mar bajo tormenta. Por otro lado, también se recrea la vida en el pueblo y la tranquilidad aparente en éste a pesar de los peligros de las citadas tormentas. Tom consigue pescar para los suyos y todo acaba de forma feliz. Cabe destacar el contraste entre la paz en la aldea de pescadores y la representación casi fantástica de la pesca en alta mar.