Las historias ambientadas en el Lejano Oeste no son territorio exclusivo de los escritores norteamericanos. Y, si encima van dirigidas a niños, menos todavía. En “La caravana de los niños”, la holandesa An Rutgers van der Loeff nos narra el periplo de los hermanos Sager desde la costa del Pacífico de Estados Unidos hasta Oregón. Corría 1884 y la aventura de los hermanos tiene su causa en los deseos de su padre. Como podemos imaginar, se trata de un relato donde las emociones y la tensión están presentes en todo momento. El instinto de supervivencia, las crudezas del ambiente y los marcados roles de cada uno de los hermanos convierten a esta novela en toda una delicia. Su objetivo es asentarse en un valle, sueño del fallecido padre de los Sager. En su camino se cruzan con indios nativos, y el hermano mayor, John, debe cargar con la responsabilidad de finalizar la aventura con todos sus hermanos sanos y salvos. Se trata de una de esas historias que engancharán a los jóvenes lectores y le harán valorar las facilidades actuales frente a las desgracias de épocas pasadas.
“Buen perro, Carl” es un cuento que destaca por la maestría de sus ilustraciones. De hecho, se puede seguir perfectamente la historia a pesar de no tener casi texto (doce palabras en total). Puede parecer un argumento rebelde, el cual hay que leer sin ideas preconcebidas. En él, la madre, que se va a comprar, deja al bebé al cuidado de Carl, un perro rottweiler. Entonces ambos, perro y bebé, aprovechan para cometer travesuras, estando Carl siempre atento de que no le suceda nada malo. Antes de que vuelva la madre, el perro se encarga de ponerlo todo en orden, y cuando ésta retorna, le dice la frase que da título al libro. Es el primero de una serie de títulos.