Muchos padres pagarían por entender los entresijos de la mente de un niño, y así saber cómo tenerlo contento en todo momento. Aunque esto resulte banal, es algo muy importante durante la infancia, y los propios progenitores son conscientes de que la felicidad de su hijo, tanto en ese momento como posterior, depende en gran medida de cómo vivan la primera etapa de su vida. “Un globo para el abuelo” ejemplifica este conflicto y da una solución perfecta. El relato se inicia con la aflicción de Sam tras ver cómo un globo se escapa de su casa por la ventana y emprende el vuelo. Aunque el padre es consciente de que es irrecuperable, sabe darle un giro al argumento imprimiendo luz a la tristeza de Sam. Y es que le cuenta que el globo se ha ido a visitar a su abuelo Abdulla al norte de África. Sam se convierte en ese momento en el niño más dichoso que puede haber, pues así siente que establece una conexión con su abuelito y éste sabrá que su nieto se acuerda de él. Una vez más, Nigel Gray nos deleita con su habilidad para relatarnos historias familiares sutiles y bellas, inspiradas en la propia dureza de su infancia, que alegran la psicología infantil.
Aunque haya géneros de ficción para jóvenes y adolescentes que están más que trillados, si las diferentes obras tienen éxito se debe a que cada una ofrece una propuesta de valor distintiva. En el caso de “¡Abajo el “colejio”!” dicha propuesta es el lenguaje empleado en la obra. Este clásico del cómic irreverente de escuelas e internados supuso un hito en los años 50 por sus vocablos premeditamente erróneos y el casi malsonante uso de la palabra. El tándem formado por Geoffrey Willans y Ronald Searle creó la saga de Nigel Molesworth, el narrador de la historia, quien advierte al lector de cómo uno se debe comportar en la escuela. El estilo de Molesworth es macarra, coloquial y lleno de fallos ortográficos, lo cual deleitará al lector. También son atractivos el trasfondo satírico de Willans y los agudos dibujos de Searle. Las posteriores reediciones del cómic han puesto de nuevo sobre la mesa el inmenso valor crítico de la obra.