Hay libros infantiles que destacan entre los demás por aunar valores, reflexiones, humor, lecciones, un buen argumento e incluso ilustraciones sobresalientes. Son esos libros que marcan y no dejan indiferente a nadie. “Óscar y la gata Medianoche” es uno de ellos, y por ello es considerado un imprescindible de la literatura australiana dirigida a niños. Los protagonistas son Rosa, una anciana viuda, y su perror Óscar, que es grande y lanudo. Ambos viven tranquilos y no ansían más que una sencilla existencia en casa. Pero, un día, una gata negra aparece en el jardín y ambos discrepan respecto a qué hacer con la pequeña felina. Rosa quiere acogerla, pero Óscar piensa que será un elemento desestabilizador. La relación entre los protagonistas cambia por completo a raíz de introducir a la gata, aunque finalmente Óscar aceptará que las decisiones y las variaciones en la vida son inevitables. También hay momentos para el drama y el jolgorio entre los tres. El estilo es bello y suave, y las ilustraciones, en acuarela, complementan los detalles de esta entrañable y conmovedora novela infantil.
Uno de los clásicos de la literatura infantil española de los años 60 y 70 es Óscar. Carmen Kurtz dio vida a este carismático personaje que le reportó, a la postre, un tremendo éxito. Y todo pese a los esfuerzos por convertirse en una autora para adultos. Las historias de este chico son de lo más variopintas y todas ellas implican aventuras en lugares lejanos y situaciones de lo más chocantes. Muchos niños desean ser como Óscar, quien viaja al Polo Sur, se convierte en espía, explora África o incluso ejerce como astronauta. Los relatos de Kurtz estimulan a los niños a encontrar una profesión que se amolde a sus gustos. Algunos incluso han visto un paralelismo entre los viajes de Óscar y los representados en la obra de Julio Verne. Otra de las entregas de la serie ganó el Premio Lazarillo y consagró a Carmen Kurtz como una de las autoras infantiles más queridas en España. Parte del éxito no se debe sólo a Óscar, sino al reparto de personajes tan carismáticos como el capitán Dirk, Antón, la oca Kina o Enrique, su mejor amigo.
La obra del boliviano Óscar Alfaro se centró prácticamente en la poesía, más concretamente en el ámbito infantil. En este sentido es uno de los autores más reconocidos en español. Una de sus fábulas más conocidas es “El sapo que quería ser estrella”. Al estar escrita para niños, el estilo es sencillo, pero esto no le resta un ápice de fuerza poética. La historia se centra en un sapo que, copiándose de una serpiente, ingiere varias luciérnagas para hacer brillar su cuerpo. Cuando esto sucede todos los peces del pantano se maravillan con el sapo, y llegan a creerse que es incluso una estrella. El sapo, en vez de negarlo, se deja llevar por la vanidad y asevera que ciertamente es una estrella, hasta que se da cuenta que pronto se descubrirá la realidad. En el momento en que esto sucede, el sapo intenta escapar y las luciérnagas, todavía vivas, empiezan a volar. El sapo vuela con ellas pero finalmente se desprende y cae al suelo desde una altura considerable. Con todos los ingredientes de una fábula, ésta es sólo una de las muchas que Alfaro utilizó para aleccionar moralmente a los niños a la vez que los introducía en la poesía.
En “El príncipe feliz” encontramos un relato conmovedor y lleno de humanidad, uno de los más conocidos de Oscar Wilde. El protagonismo recae sobre una estatua de un príncipe antaño querido. Este príncipe no deja de sufrir por el hambre y la miseria que azotan la ciudad que gobernaba. Sumido en la tristeza, aprovecha el parón de un ave migratoria sobre su estatua para pedirle que ayude a la gente llevándole partes de la propia estatua: rubís, oro, zafiros… Los habitantes de la ciudad cada vez viven mejor y salen de la miseria, pero el invierno llega y el ave muere por no haber llegado a tiempo. En ese momento, el corazón de plomo del príncipe se parte. El alcalde manda derretir la estatua pero no consigue fundir el corazón. Finalmente, un ángel celestial se lleva los dos bienes más preciados de la ciudad: el ave y el corazón roto. Como vemos, es una historia totalmente enternecedora y que invita a reflexionar sobre nuestra relación con el prójimo, y si de verdad nos comportamos como deberíamos.
“El fantasma de Canterville” es una de las obras más conocidas de Oscar Wilde. Su prodigiosa pluma queda de manifiesto en la historia de la familia Otis. El cuento transcurre en una mansión inglesa, donde una familia estadounidense llega a vivir. El dueño les informa de que está habitada por el fantasma de sir Simon. Ellos hacen caso omiso de su advertencia. No obstante, aunque el fantasma intenta todo tipo de triquiñuelas, ellos nunca se asustan. E incluso a veces se las devuelven. En este relato se entremezcla el drama con la comedia, y es más serio de lo que puede aparentar. De hecho, el fantasma sólo buscaba llamar la atención y acaba siendo ridiculizado. Al final se hace amigo de Virginia, una de las hijas, y ésta acompaña su alma para liberarla en un emotivo desenlace. Todo un clásico que cualquier lector incipiente debe leer.