Muchos padres pagarían por entender los entresijos de la mente de un niño, y así saber cómo tenerlo contento en todo momento. Aunque esto resulte banal, es algo muy importante durante la infancia, y los propios progenitores son conscientes de que la felicidad de su hijo, tanto en ese momento como posterior, depende en gran medida de cómo vivan la primera etapa de su vida. “Un globo para el abuelo” ejemplifica este conflicto y da una solución perfecta. El relato se inicia con la aflicción de Sam tras ver cómo un globo se escapa de su casa por la ventana y emprende el vuelo. Aunque el padre es consciente de que es irrecuperable, sabe darle un giro al argumento imprimiendo luz a la tristeza de Sam. Y es que le cuenta que el globo se ha ido a visitar a su abuelo Abdulla al norte de África. Sam se convierte en ese momento en el niño más dichoso que puede haber, pues así siente que establece una conexión con su abuelito y éste sabrá que su nieto se acuerda de él. Una vez más, Nigel Gray nos deleita con su habilidad para relatarnos historias familiares sutiles y bellas, inspiradas en la propia dureza de su infancia, que alegran la psicología infantil.
En la célebre serie de diez libros de Maud Hart Lovelace se funden la cotidianeidad con los momentos que marcan en el desarrollo de una persona desde su infancia hasta la llegada a la vida adulta. “Betsy-Tacy” es el título de la primera entrega, y nos presenta a Betsy Ray y el resto de sus familiares y compañeros que la acompañarán entrega tras entrega. El marco donde se sitúa la historia es Estados Unidos durante los inicios del siglo XX. Como más de una vez declaró, estas novelas son parcialmente autobiográficas, siendo Betsy el reflejo de Maud queriendo convertirse en escritora. Durante este camino, Betsy va a la escuela, disfruta de su nuevo hermano y percibe cómo va cambiando en su adolescencia. Las historias de Betsy respiran un aire de tranquilidad y bienestar, y transmite valores de amistades duraderas y relaciones personales fuertes. De hecho, Tacy es un reflejo de la mejor amiga de la autora. Otro magnífico aspecto es que los libros maduran a medida que Betsy va creciendo, dirigiéndose las siguientes entregas a públicos de mayor franja de edad.
¿Quién no ha tenido un día de esos que deseas acostarte y pasarlo lo más rápido posible? Éste es el punto de partida de “Alejandro y el terrible, horrible, pésimo, espantoso día”. Para un adulto esta sensación es algo a lo que se enfrenta a menudo y está más que acostumbrado. Pero para un niño, donde todos los días son un desafío constante y no hay momento de infelicidad, enfrentarse a esa sensación puede ser una tarea complicada. Alejandro atraviesa en el mismo día situaciones tan desastrosas y variopintas como que se le moje el jersey, su madre no le ponga postre en el almuerzo o le caiga un chicle en la cabeza. Y eso desde el mismo momento en que se despierta. Alejandro no deja de lamentarse, pero su suerte no cambia. Poco a poco, cuando se enfrente a esta situación varias veces en su vida, su frustración se tornará resignación, y deseará irse a la cama para empezar un nuevo día y esperar que su suerte cambie. Que Judith Viorst sea una autora infantil best-seller no es fruto de la casualidad, y este magnífico cuento es una buena prueba de ello.
Uno de los padres de la ciencia ficción tal como la conocemos hoy en día es Ray Bradbury. Asimismo, este autor también es uno de los grandes narradores de futuros distópicos como Philip K. Dick y George Orwell. En “Fahrenheit 451” Bradbury también nos muestra su aversión hacia las nuevas tecnologías y cómo éstas entorpecen el pensamiento humano. La trama se centra en el siglo XXIV, siendo su protagonista Guy Montag, quien se dedica a la quema de libros. Esta labor se lleva a cabo en la historia porque la sociedad prohíbe el pensamiento crítico, y todo tipo de pensamiento debe estar gestionado por el propio Estado represor. Montag sirve a su sociedad eliminando los libros restantes, hasta que empieza a plantearse si lo que hace es realmente lo correcto. De esta forma, la propia capacidad crítica de Montag comenzará a desarrollarse, lo cual le llevará a separarse de su mujer, a acabar con su jefe y a huir del Estado, el cual lo persigue. Aun así, Montag se mantiene fiel a los principios que ha adquirido y finalmente se dedicará a la reedición de la literatura que ha habido cuando la sociedad en la que vive deja de sostenerse.