Alguno podrá pensar que las historias de escuelas e internados han sido explotadas en la literatura infantil y juvenil. Es posible, pero cada autor y cada obra de seguro ofrecen una propuesta diferente. Un ejemplo es Antonia Forest y su serie Marlow, iniciada con este “Trimestre de otoño”. Las hijas de los Marlow son enviadas al colegio Kingscote en plena mitad del siglo XX, en Inglaterra. Variopintos temas son tratados en estas novelas, desde religión y deporte, hasta la cotidianeidad y la Historia. Forest sabe tratar cada tópico de manera revolucionaria y crítica, sin llegar al escándalo. Gracias a ello los personajes adquieren una profundidad inusual en este tipo de novelas para niños, lo cual enriquece la obra. Si uno se adentra en Kingscote, querrá acompañar a las gemelas Nicola y Lawrie Marlow en su viaje escolar hasta el final.
“Zapatillas de ballet” cuenta la historia de una familia que, aunque heterogénea, puede permanecer unida y quererse como cualquier otra. Matthew Fossil, llamado cariñosamente Gum, debe hacerse cargo de tres niñas de orígenes diferentes. Por un lado, Posy es dejada en casa de Matthew en una cesta con unas zapatillas de ballet. Por otro, Petrova es de ascendencia rusa y Pauline ha logrado salir viva de un naufragio. La historia transcurre entre las clases de teatro y ballet de las tres hermanas, lo cual puede parecer tedioso. Sin embargo, el ritmo es llevado magistralmente por Noel Streatfield alternando las lecciones con la rutina familiar. La autora consigue mostrar el afecto que se pueden tener tres personas a priori no unidas. Las hermanas Fossil llegan a triunfar por separado y deben lidiar con el peso de la fama. Otros valores que “Zapatillas de ballet” discute son el talento, el esfuerzo, la incomprensión y el conformismo. Al fin y al cabo, el ballet es sólo una excusa para tratar temáticas de mayor significado que el hilo argumental del cuento.
La historia de “Mujercitas” es muy famosa por sus adaptaciones audiovisuales. Narra la vida de una gran familia, y dentro de ella la convivencia de cuatro hermanas: Meg, Jo, Beth y Amy. Juntas aprenden a sobrellevar los problemas (su padre es combatiente de guerra, por ejemplo) y a apoyarse entre sí. Ayudadas, por supuesto, por su madre, Marmee. Cada una de las hermanas es un cliché (generosa, valiente, soñadora y superficial), y entre ellas aprenden a mejorar como personas. La narración más doméstica abre paso a un relato de amor familiar y a la importancia de que ésta se mantenga unida hasta en los peores momentos. La novela dio lugar a secuelas menos famosas, como son “Buenas esposas” y “Los muchachos de Jo”.