Muchas de las novelas de Leon Garfield están ambientadas en el Londres del siglo XVIII, un escenario que ha demostrado ser hipnótico y cautivador, tanto en literatura infantil como en historias para adultos. En este caso Garfield nos ofrece una novela en torno a un huérfano de doce años, el pequeño Smith. El chico malvive en las calles de Londres y sale adelante llevando a cabo ciertas fechorías. Un día, Smith presencia un asesinato que parece implicar a gente importante, y sabe que su destino peligra pues sabe más de lo que debería. A Smith la justicia le hace la vida posible, y su pasado como malhechor no ayuda para nada a la hora de creer su versión. Además, el protagonista es poseedor de una información relevante que no sabe a quién dar porque no confía en nadie. Ni siquiera él mismo sabe de qué se trata porque es analfabeto y no puede leer la carta. Finalmente, Smith encuentra un hogar donde estar a salvo y donde llevar una existencia más tranquila que la de las calles de una ciudad oscura y criminal. Las sensaciones más fuertes son captadas a la perfección por el autor, quien en ocasiones ha sido comparado tanto por su temática como por su estilo con Charles Dickens.
“Sin familia” es un libro melodramático que cuenta las peripecias de Remi, un desgraciado niño que es huérfano pero lo desconoce. Vive con su nodriza, y cuando se entera siente gran frustración. Entonces deja a su familia adoptiva y se adentra en múltiples aventuras con Vitalis, un artista ambulante. Las escenas del libro son muy crudas, y los diferentes personajes pasan por momentos de lo más miserable: violencia animal, sufrimiento de frío, hambre, accidentes laborales. Es una constante contradicción, donde los malos siempre se salen con la suya y los pobres sufren. Pero estas aventuras le llevan hasta su familia verdadera. La historia de Hector Malot es comparada con las de Zola por su dureza narrativa.