La Medalla Carnegie de 1995, que reconoce a la mejor novela para adolescentes y jóvenes del Reino Unido, recaló en “Luces del Norte”, de Philip Pullman. Concebida como la primera parte de una trilogía (“La Materia Oscura”), se trata de una historia que desde el primer momento hace alarde de sus peculiaridades y extrañezas. La acción tiene lugar en un universo diferente al nuestro pero con elementos que en parte nos hacen identificarnos con él, y donde el lector es capaz de discernir lo bueno de lo malo. La protagonista absoluta de la saga es Lyra, una niña de espíritu aventurero, rebelde, irreverente y nada al uso. Sus indagaciones se entrecruzan con hechos más graves, como el intento de asesinato de su tío o la desaparición de jóvenes. Lyra deberá enfrentarse ella misma a sus propios descubrimientos y aceptarlos. El universo creado por Pullman nos muestra también avances tecnológicos y científicos, dilemas éticos y productos de la fantasía como animales que hablan y espíritus que se aparecen. Todo ello aporta sensación de inmensidad, de que estamos ante una gran obra y una gran saga, y lo que se nos muestra es sólo una minúscula muestra de un maravilloso mundo por descubrir.
“Julie y los lobos” explora la dificultad que tiene la gente que vive en ambientes naturales para adaptarse a la realidad social en general, y a la vida urbana en particular. La protagonista, Julie, tiene trece años y se ha quedado sin madre. Además, su padre desaparece tras acudir a una cacería. Julie es esquimal y se siente sola, y necesita a su única amiga, Amy. El problema es que Amy vive en San Francisco, muy lejos del frío Ártico donde Julie reside. Aun así, Julie sabe que es una cuestión de todo o nada, y decide enrolarse en un buque hacia California. Julie se pierde y debe sobrevivir en plena tundra, haciéndose amiga de una manada de lobos y usando los conocimientos que aprendió de su padre. Nuestra heroica protagonista se debate entonces entre las dos culturas, pues sabe que los lobos están bajo amenaza e, indirectamente, el estilo de vida inuit también está en peligro. Julie empleará sus reflexiones para convencer al lector de la importancia de respetar la naturaleza y de permitir la comunicación entre culturas. Comprender a los demás, por tanto, es el primer paso para comprendernos a nosotros mismos.
La alemana Edith Klatt supo describir a la perfección un estilo de vida tradicional y nómada, el del pueblo sami. Estos pastores, que viven en las regiones más nórdicas de Escandinavia, se han visto desplazados de territorios que antaño dominaban por culpa de asentamientos urbanos. La historia se centra en Neitah, una chica que es secuestrada por los samis, los cuales tienen intención a su vez de venderla. Por suerte, Neitah hace muy buenas migas con Per, un pastor que la cuida y le permite ayudarle en sus labores. Pero Neitah nunca consigue estar a gusto, pues al fin y al cabo la han separado de su verdadera familia. Poco a poco Neitah se va acoplando a sus nuevos compañeros y aprenderá muchas cosas de ellos. “Neitah: una chica en el lejano norte” tiene tintes agridulces, pues a pesar de la simpatía de los sami y la belleza de los paisajes descritos, vivir así es sinónimo de crudeza. Esto es lo que pretendía la autora, además de criticar cómo la sociedad actual olvida a este tipo de pueblos.
“Apoutsiak” es el cuento más famoso del aventurero Paul-Émile Victor. Este explorador era un amante de las regiones polares, lo cual supo transmitir a través de sus obras. En este libro infantil describe la vida completa de Apoutsiak, un esquimal. La historia está plagada de situaciones entrañables que además permiten acercarte con interés a la vida en las regiones más heladas del planeta. El protagonista derrocha carisma, todo bien sazonado con vicisitudes como la conducción de trineos, la caza, la vida en el iglú, jugar con los perros, etc. Se trata de un mundo a menudo visualizado como imposible, pero muy real. Por ello, al tratarse de un libro infantil, la simpatía y la calidez superan al frío y a la nieve, y despierta tu espíritu aventurero. Si te gusta aprender la vida de otras culturas y cómo sobrevive la gente en la nieve, “Apoutsiak” te resultará imprescindible.
Esta profunda historia pone de manifiesto una actitud muy valorada en el siglo XIX, la bondad innata. Este siglo estuvo plagado de conflictos y se cuestionó realmente que el ser humano pudiera ser bueno por naturaleza. George MacDonald pretende dejar claro que esto existe, y lo hace a través de Diamond, un niño que viaja con el Viento del Norte (personificado como una mujer) a sitios donde todas las vertientes negativas de la personalidad humana no existen. Al volver reparte buenos actos a su alrededor. Las críticas hacia el libro surgieron a raíz de querer equiparar a Diamond con Jesucristo. Posiblemente, este personaje estuvo inspirado en el hijo del autor, que murió joven. Está repleto de poemas y canciones de tono existencial, y su profundidad y misticismo se consideran precursores de las nuevas oleadas de literatura fantástica, representadas por Tolkien y C.S. Lewis, entre otros.