“Los ametralladores” es una novela para jóvenes que ofrece un punto de vista particular e inusual de la Guerra Mundial. El protagonista, Chas McGill, encuentra una ametralladora en una pila de escombros y se la queda. Junto a su pandilla, Chas montará un fortín junto a una casa derruida y ejercerá desde dentro su propia justicia. Mientras fuera todos están en pánico por la guerra, dentro los niños han instaurado su propio gobierno. Los chicos, una vez descubiertos, son llevados a un centro de menores, no sin recibir múltiples elogios por su valor y por su ejercicio de la justicia. El atrevido argumento de “Los ametralladores” le permitió a Robert Westall recibir la Medalla Carnegie en 1975. Ello sumado al estilo bien estructurado y a la narrativa del autor inglés.
El transcurrir de “La U Roja” recuerda muchísimo al de otras historias detectivescas para niños como “Detectives en togas”, “Los cinco” o “Emilio y los detectives”. Ambientada en la Alemania de los años 30’, los protagonistas son una pandilla de muchachos que se dedican a bromear con sus vecinos sin sentir remordimientos por ello. Un cierto día empiezan a recibir cartas misteriosas que tienen como remitente a La U Roja, y que obliga a los niños a portarse bien o amenaza con delatarlos. La U Roja propone buenas acciones a los muchachos, como cuidar a un pájaro que está en apuros o buscarle empleo a una persona que no lo tiene. El punto álgido de produce cuando unos criminales de verdad entran en escena y los protagonistas deben salvar a un niño del secuestro. Lo bueno de esta historia de Wilhelm Matthiessen, además de su intrigante trama, es que sirve como retrato de la sociedad alemana de antaño, pues tiene una genial contextualización histórica.