“La reina de los caribes” es la secuela de “El Corsario Negro”, de Emilio Salgari. El Señor de Ventimiglia sigue buscando implacablemente al duque de Van Guld, clamando venganza por la muerte de sus hermanos. Esta vez se alía con piratas y con Yara, una noble india cuyo pueblo se vio atacado por Van Guld. Salgari de nuevo expone un vivo relato de aventuras en los lugares más exóticos en torno al Caribe, con numerosas fugas, luchas de espada y batallas navales. En esta tesitura el Corsario Negro acaba por fin con Van Guld, aunque todos los hombres de su barco naufragan en alta mar. Finalmente, pueden ser rescatados por los amigos de Honorata, la chica que en la primera entrega el Señor de Ventimiglia había abandonado. Todavía enamoradas, regresan a Italia, donde viven juntos en paz.
Este libro, el más famoso de Lewis Carroll, también se ha beneficiado de su adaptación en dibujos animados por parte de Disney. Asimismo, es considerado una obra maestra de la literatura inglesa del siglo XIX. Aunque hoy en día puede parecer que carece de sentido mostrar una niña criada bajo las estrictas reglas de la época victoriana, lo cierto es que a los principales lectores, los niños, esto no les importa. Ellos se fijan en las curiosas vicisitudes por las que pasa Alicia, en ese mundo lleno de maravillas, en las canciones, en las rimas, en sus extravagantes personajes… De ahí todavía su vigencia. Los adultos, no obstante, pueden realizar interpretaciones más profundas. En esta ambigüedad radica la grandeza de esta novela. Alicia es una niña valiente y con carácter que trata de hacer frente a sus problemas sin salirse de las reglas pactadas. Aunque originalmente ilustrado por Sir John Tenniel, las imágenes más famosas son las de Helen Oxenbury.