El ganador del Premio Nobel de Literatura, John Steinbeck, supo también aproximarse a la literatura infantil con gran maestría. Un paradigma son los cuatro relatos que componen “El poni rojo”. El protagonista es Jody, un chico de diez años que vive en un rancho. Jody es enseñado en las labores rurales por su padre, quien además le muestra todo lo que sabe sobre los animales. El joven es también aleccionado por el peón Buck. Por ello, cuando el padre le regala a Jody un poni rojo éste se entusiasma tratando de domarlo. Poco a poco, Jody intentará que el poni acepte la silla de montar y esté listo para cabalgar. El poni muy pronto se convierte en un tesoro para Jody, un motivo de orgullo para él y algo por lo cual los demás lo respetan. No obstante, la desgracia se cierne sobre el chico, y el poni muere tras ser lasmitado en una tormenta. Jody no puede despedirse de él y todavía no había llegado a montarlo. Una furia irracional invade a Jody, y parece que no puede superar el fallecimiento del poni rojo hasta que un nuevo poni es parido por la yegua Nellie. Steinbeck aborda a la perfección temas dolorosos, incluso cuando se trata de niños o jóvenes. “El poni rojo” es una buena aproximación a la obra de este autor.
La historia de “Arriba en el árbol” es un genial producto de entretenimiento. Se trata de un libro cuyo objetivo en todo momento es divertir, dejando de lado enfoques emocionales o dramáticos. Los protagonistas del cuento son dos niños que viven en lo alto de un árbol de forma feliz. Dicho jolgorio se ve interrumpido cuando un castor destroza la escalera que tienen para bajar y subir. Cuando creen que no podrán nunca bajar de allí, un pájaro misterioso los ayuda y vuelven a tierra firme. Los dos niños enseguida añoran volver a subir al árbol, y toman la precaución de construirse una escalera con tablones de madera en el mismo tronco. El relato y los dibujos corren a cargo de la canadiense Margaret Atwood. Las ilustraciones sólo están en rojo y azul (y mezclas de ambos) porque la editorial quiso ahorrarse dinero en la impresión. Curiosamente, hoy en día esto es una seña de identidad del libro.
Clifford es un perro gigante sin dueño que es adoptado por la niña Emily Elizabeth Howard. Ella vive en la isla de Bridwell, y pronto sus vecinos deben acostumbrarse a un perro tan grande. El amor que le profesa Elizabeth hace de Clifford un cachorro alegre y revoltoso. Aunque siempre pretende comportarse bien, Clifford mete la pata a menudo y acaba solucionándolo airosamente. El perro crece y crece y llega a medir más de 7 metros. Esta obra es la que reportó más ingresos a Norman Bridwell, la cual ideó en época de penurias económicas. Posteriormente originó una serie de televisión, película y todo un fenómeno en Internet. También fue la obra que colocó en la cima a la editorial Scholastic Books.
Este libro resulta muy especial porque se basa en dos construcciones reales, las cuales se hicieron famosas y trascendieron precisamente gracias al propio cuento. Se trata de un pequeño faro rojo situado bajo el puente George Washington de Nueva York. Inicialmente solo y usado como guía de los barcos, el faro rojo se asusta cuando comienzan a construir sobre él un gran puente gris. Pronto se siente inútil y piensa que lo derribarán. No obstante, el propio puente lo tranquiliza, y le dice que él seguirá siendo el amo del río Hudson. Es un acto de camaradería entre objetos inertes, lo cual siempre transmite una sensación de afecto. Los dibujos de Lynd Ward son geniales, acompañados de la imaginación de Hildegarde H. Swift. Se pretende mostrar que todas las cosas tienen su lugar en el mundo, necesario para que el niño se eduque en el respeto, pero también para mantener su autoestima conforme va creciendo. El faro protagonista todavía se encuentra en pie, aunque en desuso.