El estadounidense Robert Lawson se hizo famoso por prácticamente crear un estilo en sí mismo. Éste consiste en mostrar acontecimientos que le suceden a personas pero a través del punto de vista de los animales. Esto acaba por convertir en protagonistas a los propios animales, destacando éstos por encima de los humanos. En “La colina de los conejos” los principales personajes son un conejo, una ardilla, una marmota y un ciervo, entre otros. Ellos viven en una región campestre en pleno Connecticut y son dependientes de los cultivos de una finca cercana. Los anteriores ocupantes trataban bien a los animales y éstos podían alimentarse, pero los nuevos dueños muestran egoísmo y falta de respeto por nuestros queridos protagonistas. Como consecuencia, el conejo y sus colegas se verán obligados a asaltar la finca en busca de provisiones, arriesgando su vida en más de una ocasión. Aunque cada vez consigue un animal la comida, siempre acaba compartiéndola con el resto de sus amigos. Lawson alecciona de esta forma en la tolerancia, el respeto y la generosidad.
“Te querré siempre”, del canadiense Robert Munsch, es un libro infantil de profundo sentimentalismo. Es ideal para valorar el amor maternal, pero puede hacer saltar las lágrimas tanto a padres como a niños. La trama gira en torno a la relación madre-hijo. La madre le canta todas las noches a su bebé que lo querrá siempre. Nunca se separa de él, en ninguna etapa de su vida: niñez, adolescencia, juventud, madurez y vida adulta. Cuando incluso el hijo vive en otro sitio, la madre se cuela en su hogar para sentir que lo cuida. Al final vemos a la madre envejecer y fallecer, y entonces es el hijo el que le canta a ella. Como se ha comentado, es una historia conmovedora y tierna, y quizá no todos los niños la disfruten a cada momento. Se trata de un libro que roza más a un adulto y que lo hace reflexionar sobre la importancia de la familia. Se debe considerar un libro infantil imprescindible a ser recordado por los niños más adelante. Además, es todo un best-seller de los cuentos infantiles, pues desde su publicación en 1986 ha vendido más de veinte millones de ejemplares en todo el mundo.
Los personajes de Robert McCloskey en “Arándanos para Sal” aparecen de nuevo en esta novela. La trama gira en torno a Sal y cómo se siente ante la pérdida de su primer diente. Dicho diente se le mueve y Sal está ansiosa de que suceda. Por ello las vivencias que le suceden mientras espera expectante le marcan más que nunca. Y eso que se trata de momentos como excursiones y travesías en barco, a los cuales está acostumbrada. Pero esa mañana en Maine será diferente a cualquier otra porque se le va a caer un diente. Cuando finalmente esto sucede, Sal pierde el diente y se desespera. Con la mentalidad de un niño, Sal piensa que el animal que se lo encuentre disfrutará de su deseo. Como otros cuentos de McCloskey, en “Una mañana en Maine” se respira un aire nostálgico por las sensaciones exacerbadas y vividas cuando eres pequeño. Todos hemos exagerado la forma de ver las cosas cuando somos pequeños, y luego lo recordamos con melancolía a la vez que agradecemos haber madurado al respecto.
La historia contada en “Arándanos para Sal” refleja con diversión el encuentro entre dos especies diferentes. Sal es una niña que tiene que ayudar a su madre a recoger arándanos durante todo el día. La pequeña traviesa se come los arándanos a medida que los coge, lo cual hace que no haya volumen suficiente para la conserva. Pero ese no es el único conflicto del libro. Dos osos, madre e hijo, están robando arándanos para comérselos antes de hibernar. Cada uno de los cuatro individuos está haciendo su trabajo cuando se dan cuenta que se desvinculan de su ser querido. Finalmente, el osezno choca con la madre de Sal, y lo mismo sucede con Sal y la osa. Todo queda en un susto y vuelven a encontrarse, a pesar de que nadie le ha hecho a nadie. Se trata de un cuento en el que cada personaje se reencuentra con su identidad tras haberse quedado absorto en su trabajo. La intriga en torno a qué le pasará a cada uno también es un componente esencial de la historia. El autor, Robert McCloskey, se inspiró en su hija y su mujer para los personajes de “Arándanos para Sal”.
La misma autora de “Los buscadores de tesoros”, Edith Nesbit, ofrece esta historia (alargada en varios libros más) de índole fantástica. Mientras que otras obras de Nesbit son más realistas y aptas para su publicación en revistas, en éstas se dirige especialmente a un público infantil con tal de entretenerlo. Todo ello sin renunciar a su crítica social y a la búsqueda de valores humanos. Los protagonistas son amigos entre sí, y descubren un hada de aspecto inquietante en el fondo de un pozo. Ésta les ofrece un deseo cada día por haberla salvado. Muchas veces los deseos no son bien pensados y tienen consecuencias desastrosas. Los efectos de cada deseo acaban al finalizar cada día. Así, los niños aprenderán que muchas de las cosas que ven en sus cuentos no son posibles en el mundo real, y que hay que pensar bien en las consecuencias antes de tomar cada decisión. Al final, lo único que quieren es deshacer el encantamiento del hada, para quedar aliviados. De forma ácida, el hada dice que nunca se lo digan a los adultos, ya que si no ésta se convertiría en un objeto de deseo por parte de los mismos y el sistema social la acabaría por destruir.
La historia “Los pingüinos de Mr. Popper” se ha hecho célebre recientemente gracias a la película protagonizada por Jim Carrey que está inspirada en el libro. Se trata de un relato divertido en el que personas y animales conviven en un ambiente extraño. El señor Popper es un pintor cuyo sueño es poder viajar a las regiones árticas. No obstante, vive anclado a su familia. La tranquilidad se rompe cuando le empiezan a llegar por correo pingüinos desde la Antártida. El señor Popper se esfuerza al máximo por tenerlos contentos: les construye una pista de hielo en el sótano, les da de comer pescado, etc. Si ya estos animales son graciosos de por sí, en las ilustraciones de Lawson se transmite todavía más el divertido caos que éstos generan. Como los pingüinos no pueden sobrevivir al verano, un explorador se los lleva de vuelta, y el señor Popper los acompaña, cumpliendo así su sueño. Esta historia asegura risas y recuerdos entrañables, como siempre lo ha hecho.
“Secuestrado” es una de las más simbólicas novelas sobre el sentimiento nacional escocés y sus Highlands. Robert Louis Stevenson la escribió después de “La isla del tesoro” basándose en historias reales unidas con fantasía. El protagonista es David Balfour, que es aprisionado por su tío para que éste se lleve la herencia del primero. David es enviado en un barco como esclavo, y allí se une al jacobita rico Alan Breck, y juntos luchan contra el resto de la tripulación. Al volver a Escocia naufragan y se separan. Más adelante vuelven a encontrarse tras múltiples aventuras por los Highlands repletas de criaturas y personajes pintorescos. David puede finalmente recuperar su herencia. Muchos temas de deshumanización son tratados por Stevenson, como la codicia, la corrupción moral, el engaño, la crueldad y el colonialismo.
“La isla de coral” es un relato de isla, naufragio y supervivencia. Aunque actualmente esta obra de Ballantyne no es la más famosa del género, realmente inspiró la creación de hitos posteriores como “La isla de del tesoro” y “El señor de las moscas”. En ella, Ralph, Jack y Peterkin naufragan en una isla de arrecifes del Pacífico. Con unas pocas herramientas saben desenvolverse poco a poco y salir del paso. No obstante, de pronto aparecen caníbales y piratas para interrumpir su tranquila existencia, y la acción se sucede de forma desenfrenada. Los estereotipos de cada protagonista permiten sentirse identificado y acercan con realismo su situación al lector. Durante el siglo XIX fue uno de los libros de aventuras favoritos de los incipientes lectores.
“La isla del tesoro” es un clásico de los libros infantiles. Es una buena transición entre las aventuras más infantiles y otras más adultas, ya que la madurez es un tema tratado en el libro. El protagonista, Jim Hawkins, es un joven que frecuenta la posada del Almirante Bembo. Allí conoce a muchos marineros que pasan por la taberna. Uno de ellos, Billy Bones, tiene un mapa con el tesoro enterrado por el fallecido Capitán Flint. A la muerte de Bones, Jim decide emprender hacia la isla con dos hombres de confianza para recuperar el tesoro. Sin embargo, unos piratas logran enrolarse en el barco y Jim ya no volverá a estar a salvo. El libro se caracteriza por una atmósfera de amenaza constante, y Jim a base de valentía sobrevive. Despertará en los niños ese espíritu maduro y valiente.