El protagonista de esta serie de historias es el arquetipo de niño marginado en la escuela pero que no por ello transmite pena. De hecho, en torno a su figura se construyen relatos de lo más hilarantes. Guillermito (Billy Bunter en su versión original) es un niño regordete, con gafas y de hambre insaciable. Además, su torpeza está presente en todo momento. El carácter de Guillermito es obstinado, pues su avaricia por comer trae más de un problema en su escuela. A Guillermito lo acompaña un elenco de personajes muy arraigados en la cultura británica como son sus compañeros de la escuela Greyfriars y el profesor Henry Samuel Quelch. La figura de Guillermito, antes dedicada a entretener, quizá ahora sea criticada por la mentalidad de niño con tendencia a la obesidad. Apartando esto, los libros de Charles Hamilton (de pseudónimo Frank Richards) fueron un hito como reinterpretación de las antiguas comedias de bufones. El éxito de Billy Bunter se incrementó con su adaptación a serie de televisión.
A lo largo de la historia los profesores se han calentado la cabeza para conectar con sus alumnos y así canalizar el conocimiento que quieren transmitir. Es una tarea complicada, puesto que las asignaturas a veces no acompañan. En otras ocasiones, algo apasionante puede tornarse aburrido por culpa de un maestro adecuado. Estos temas son los que Humphrey Carpenter trata en esta obra. Míster Majeika es un profesor mago, a ratos inepto, que aterriza con su alfombra mágica en una escuela primaria para dar las clases a su estilo. El señor Majeika hace la magia su principal baluarte para enseñar, y el resto de profesores empezarán a sospechar que algo extraño sucede en el colegio. Al mismo tiempo, Míster Majeika se empieza a meter en apuros cuando aplica hechizos que luego no sabe deshacer. Aunque los profesores estén en su contra, a lo largo de la serie de libros los propios alumnos son los que defenderán la figura de su querido profesor. La magia aporta ese toque intrigante y humorístico tan necesario en cualquier texto para niños.
“El maravilloso mago de Oz” es uno de los cuentos que todo el mundo conoce. Quizá su fama sea debida principalmente a la adaptación cinematográfica de 1939, lo cual no resta méritos a la increíble novela de Lyman Frank Baum. De hecho, escribió trece libros más de la misma saga. La protagonista de la historia es Dorothy, una niña de Kansas que es transportada junto a su perro por un tornado a un mundo maravilloso. En dicho mundo deberá encontrar al Mago de Oz, que está en Ciudad Esmeralda, para poder volver a casa. En sus aventuras le acompañan tres personajes inolvidables: el león cobarde, el hombre de hojalata y el espantapájaros. Cada uno, a su vez, busca lo que le falta: valor, corazón y cerebro, respectivamente. Con todos estos ingredientes, la moraleja del libro es diáfana: la importancia de la amistad en los momentos de adversidad. Es esencial sentirse apoyado en las situaciones más complicadas, y éstas pueden hacerse llevaderas e, incluso, entretenidas. Un relato inolvidable.
Este libro del célebre Mark Twain transcurre en el Londres de los Tudor. Narra cómo se cruzan las historias del niño que en el futuro debe reinar como Eduardo VI y de Tom, un miserable que vive con su padre opresor. Ambos intercambian papeles y saben desenvolverse en sus nuevos entornos. Sin embargo, Tom se acomoda cada vez más a la realeza y Eduardo sufre todo tipo de penurias. Antes de que coronen a Tom por error, Eduardo consigue restituir su identidad. Como otras obras de Twain, denuncia la analfabetización social, y sirve como crítica ante las injusticias de la época, todo con un tono satírico que recuerda a Tom Sawyer sin olvidar el optimismo de la juventud.