Este libro del célebre Mark Twain transcurre en el Londres de los Tudor. Narra cómo se cruzan las historias del niño que en el futuro debe reinar como Eduardo VI y de Tom, un miserable que vive con su padre opresor. Ambos intercambian papeles y saben desenvolverse en sus nuevos entornos. Sin embargo, Tom se acomoda cada vez más a la realeza y Eduardo sufre todo tipo de penurias. Antes de que coronen a Tom por error, Eduardo consigue restituir su identidad. Como otras obras de Twain, denuncia la analfabetización social, y sirve como crítica ante las injusticias de la época, todo con un tono satírico que recuerda a Tom Sawyer sin olvidar el optimismo de la juventud.