No son muchas las novelas infantiles o adolescentes que generan polémica. “La excursión a Hanging Rock” es una de las que sí, tanto por su temática como por los acontecimientos que la rodearon. La historia se centra en Australia en el año 1900, y las protagonistas son las alumnas del Appleyard College, quienes realizan una excursión a Hanging Rock el día de San Valentín. La atmósfera es en todo momento inquietante y genera un aura de aprensión que no desaparece en ningún momento del relato. Además, los acontecimientos que se suceden no dejan de aumentar la tensión: varias alumnas y una profesora desaparecen para siempre; algunos relojes se detienen; y una alumna enloquece. Las consecuencias para la escuela y la familia son nefastas. La intriga es magistralmente mantenida por Joan Lindsay, quien fue criticada por el misterio sin resolver de la novela. Finalmente, tras fallecer, un epílogo fue publicado y se ofreció una solución a la historia, aunque la novela se sigue considerando un clásico de la literatura oscura para adolescentes.
La historia que se cuenta en “El pudding mágico” es puro surrealismo atractivo. El protagonista es Albert, un pudding con mal humor que puede cambiar de sabor a su voluntad y no se acaba. Unos ladrones, que son una zarigüeya y un wombat, pretenden robarlo. Pero Albert es protegido por una sociedad de amigos formada por el marinero Bill, el pingüino Sam y el koala Bunyip. Los cuatro viven aventuras y se encuentran con variopintos personajes, siempre intentando proteger a Albert y no perderlo. El libro describe con habilidad la necesidad de protegerse unos a otros, de buscar la paz y de la amistad. El autor, Norman Lindsay, lo escribió estando de luto por la muerte de su hermano en la Primera Guerra Mundial. Sus dibujos son muy peculiares y el humor mostrado es muy gracioso.