Fantasía y realidad se entrecruzan en este relato por momentos costumbrista y a ratos surrealista. María Merryweather tiene trece años y debe trasladarse a la finca Moonacre con su perro Wiggins y su institutriz. La historia está ambientada a mediados del siglo XIX en Inglaterra. El primo de María vive en un castillo de origen normando y la llegada de la protagonista hará que ésta se sumerja en un mundo fantástico inspirado en los cuentos medievales y la novela caballeresca. Criaturas fantásticas, como unicornios, habitan el valle. Allí María hará amigos imaginarios que luego son personas diferentes en la vida real. Como no podía ser de otra manera, el conflicto imperecedero entre el bien y el mal también se pone de manifiesto en “El pequeño caballo blanco”, en este caso a través de María y su primo Bnejamin. Uno representa la luna y otro el sol. El carácter pacifista de María se impondrá y devolverá la paz a la finca Moonacre. Este libro es un conjunto de ideas ilusorias que calan en el lector de la mano de la excepcional Elizabeth Goudge.
Las leyendas artúricas tuvieron un boom tras la publicación de varias obras de T.H. White, un experto conocedor del medievo inglés. Aunque el resto de obras son análisis históricos, “La espada en la piedra” es una novela tremendamente entretenida y estimulante. El joven Arturo, al que apodan Verruga, conoce al mago Merlín. Éste, para que Arturo sepa cómo se sienten los animales, lo convierte seguidamente en un pez, una hormiga, o una serpiente, entre otros. Arturo se enrola en múltiples aventuras con su hermanastro Kay. Ambos incluso llegan a conocer a Robin Hood o se implican en una trama de intriga real en Londres. Esto útlimo tendrá consecuencias para Arturo, pues un giro del destino lo descubre como legítimo Rey de Inglaterra, todo tras poder sacar la célebre espada, Excalibur, de la tierra. La aproximación de White es más divertida, y contiene todas las referencias de las leyendas originales así como un mejor desarrollo de las reflexiones que la convierten en uno de los pilares de la literatura británica.
El escritor E.B. White mostró sus ambiciones narrativas con varios de sus libros, entre ellos “La telaraña de Carlota”. Aunque la acción transcurre en una granja, de entre todos los animales de este escenario la protagonista es una araña. Carlota, que es como se llama este arácnido, es la mente pensante que lidera el grupo. Ella recibe a Wilbur, un cerdo lechón que es salvado de ser sacrificado y llevado a la granja. Carlota sabe que más adelante Wilbur será sacrificado para comida, y mueve todos los hilos (o telarañas) posibles para que esto no suceda. Pero no debemos olvidar en ningún momento que ella es una simple araña y su vida es más corta que la de cualquier otro ser de la granja. Este tipo de ideas junto a la originalidad de la trama convierten a este libro en un clásico de la humanización de animales, además de ser una crítica social en cierto modo. Esto aporta conmoción al relato, sin caer en ningún momento en sentimentalismos más allá de los derivados de los propios sucesos del mismo. Una novela infantil inteligente donde las haya.