La flamante ganadora del Guardian Children’s Fiction Prize de 1983 es una novela de una de las mejores exponentes de la literatura para adolescentes de la India. La célebre Anita Desai nos sitúa en un marco incomparable y que conoce muy bien para contarnos un drama familiar. En “La aldea junto al mar”, Hari y Lila son dos hermanas que luchan por sacar a su familia adelante. Su madre enferma gravemente y su padre tiene problemas de alcoholismo. Mientra que Lila se queda en su Thul natal cuidando a dos hermanas pequeñas, Hari viaja a Mumbay para conseguir un trabajo y un salario que le permita sacar a su familia adelante. Especialmente para tratar la enfermedad de su madre. La madre de Hari y Lila acaba siendo recibiendo cuidados en un hospital, y un avance en la historia se produce cuando una gran industria se asienta en Thul. Hari sabe que, aunque tenga impacto ecológico en el pequeño pueblo costero, también hay que evaluar el impacto económico y la cantidad de puestos de trabajos que generará para las necesitadas familias. Como vemos, el relato de Desai destaca por su apego familiar y su espíritu entrañable.
“Un sándiwch gigante” es una de esos libros que triunfan por hilarantes, esperpénticos e histriónicos. La trama se desarrolla en un pequeño pueblo situado en un valle, al cual llega una plaga de avispas. Los habitantes de la aldea están aterrados, pero el panadero tiene una idea maravillosa, y cuanto menos peculiar. Se le ocurre que, para capturar a las avispas, podrían fabricar un sándwich gigante, y cerrarlo cuando todas ellas estuviesen atrapadas en la mantequilla y mermelada. Y precisamente esto es lo que sucede. Los pueblerinos se toman las molestias de tejer y colocar un mantel gigante en el campo, y varios caballos tiran del sándwich hasta depositarlo donde desean. Cuando las avispas quedan atrapadas, los habitantes disponen la otra mitad del sándwich y lo cierran. Janet Burroway alcanzó tremendo éxito con esta obra, escrita en verso y exportada a múltiples países. La autora, cuyo padre había sido panadero, supo describir los rasgos de cada habitante del pueblo dotando a la obra de un universo muy particular.
La adaptación de “Sopa de piedras” de Marcia Brown es probablemente una de las más entrañables y recordadas de las múltiples que se han realizado. Se trata de un cuento popular francés que fue versionado ya por los Hermanos Grimm, y que en función del país en el que se representa incluso tiene variaciones. La historia se centra en tres soldados que llegan a una aldea y piden cobijo y comida. Los lugareños, con miedo a ser robados, esconden todo y no les dejan entrar en sus casas. Entonces, los soldados se disponen en la calle a prepararse una sopa de piedras con una olla que tienen. Los aldeanos, intrigados, observan el éxito de esta comida. Los tres soldados empiezan a desplegar su artimaña y embaucan a los habitantes del pueblo, comentando que la sopa estaría mejor con zanahorias, coles, patatas, carne, etc. Así, poco a poco, consiguen un excelente guisó. Finalmente, los pueblerinos, además de haber compartido sus víveres, montan una gran fiesta local en la que todos comen, beben y disfrutan. Incluso llegan a echar de menos a los soldados cuando éstos deben partir al día siguiente. Se trata de una curiosa historia que todo niño debe conocer, y que en esta adaptación está ingeniosamente ilustrada y bien desarrollada.