En “El cocodrilo enorme” Roald Dahl volvió a demostrar por qué era uno de los literatos infantiles más reconocidos internacionalmente y más trascendentes, y por qué su fama sigue vigente. Este cuento es una suerte de fábula moderna sobre la codicia y la avaricia. El protagonista, además, resulta ser el malo de la historia. El Cocodrilo Enorme le cuenta a otro cocodrilo, llamado No Tan Grande, que le apetecería engullir a algún niño para saciar su hambre. Así empieza a urdir su plan, baja al pueblo y se disfraza para pasar desapercibido. De repente, todos los niños del pueblo corren peligro y son salvados porque los animales de la selva bajan a denunciar al cocodrilo. El elefante Trompeta, de sugerente nombre, lanza al cocodrilo al espacio y éste se pierde en la inmensidad. Además de la trama original de Dahl, su estilo basado en juegos de palabras y rimas atrevidas enganchará a los más pequeños como todos los libros de este genial autor. Asimismo, las ilustraciones de Quentin Blake aumentan el valor de esta sobresaliente obra.
“Mordisco de cocodrilo” es una maravilla de la literatura infantil australiana. Creado por Gail Jorgensen y con la aportación artística de Patricia Mullins, este cuento es ideal para la lectura a voz alzada y buscando la aportación del niño. El cocodrilo, muy hambriento, se tumba junto al río para esperar a su presa pero se queda dormido. Entonces aparecen alrededor del cocodrilo todos los animales de la selva, en un desfile multicolor que es todo un espectáculo visual. Al momento que el cocodrilo despierta, se da cuenta que está completamente rodeado y que el león está protegiendo al resto de animales. Una de las características del libro son los collages de Patricia Mullins, y la combinación de materiales y colores para recalcar los detalles de los animales. En el ámbito educativo, los versos introducen onomatopeyas y giros sorpresivos a la trama, lo cual también hará permanecer tanto al niño.