El movimiento ecologista se inició hace décadas, pero actualmente ha alcanzado su cénit y está en boca de todos. Es por ello que esta obra de Michael Foreman tiene más vigencia que nunca en los tiempos corren. “Los dinosaurios y los residuos” relata cómo estos seres empiezan a destrozar todo lo que se encuentran alrededor, lo apilan e, inconscientemente, limpian la Tierra de la acción del hombre. Entonces, unos visitantes espaciales se percatan que nuestro planeta vuelve a ser un lugar agradable en el que vivir. Estos visitantes reclaman un trozo de la Tierra, y los animales, junto con los dinosaurios, acuerdan que el planeta pertenece a todos y que pueden disfrutarlo, siempre que la cuiden. Como vemos, ecologismo elevado a la máxima potencia, todo ello a través del humor y el estilo de Foreman. El éxito de la obra se acentuó por su adaptación a teatro infantil y por su uso a menudo en las escuelas, todo ello sin quitar un ápice de su valor como historia para entretener.
“Los árboles son hermosos” fue la obra ganadora de la Medalla Caldecott en 1957. El esfuerzo conjunto de Janice May Udry y Marc Simont valió la pena para crear un libro con un lenguaje sencillo pero con tremenda fuerza poética, a la vez que unas deliciosas ilustraciones llenas de expresividad. Los protagonistas del relato son árboles, y con ello se puede esclarecer cómo la autora pretende transmitir el amor por la naturaleza. Considerado un libro infantil ecologista, en él se le transmiten al niño nociones del abanico de ideas de por qué un árbol es tan importante. Un árbol es esencial para la vida del resto de seres, algunos incluso nos dan de comer, pero es que también sirve para divertirse con ellos o como compañeros de relax. La autora también mostró algunas ideas desternillantes respecto a los árboles, por lo que el libro no pierde fuerza en el sentido humorístico. Udry fue fiel a su máxima de que “un buen libro infantil no debe aburrir a un adulto” con esta magnífica pieza.