Considerada una de las mejores novelas infantiles de la historia, “El jardín de medianoche” es la obra maestra de Philippa Pearce. Y esto no es decir poco, puesto que la autora inglesa creó algunos de los relatos más conocidos y leídos durante la segunda mitad del siglo XX. La narración se centra en Tom, un chico el cual es enviado a vivir un tiempo con sus tíos. El emplazamiento es una casa de la campiña inglesa. Aunque al principio todo parece normal, Tom siente curiosidad por el pasado de la casa y cada noche se aventura en el jardín, donde conoce a una misteriosa chica llamada Hatty. Es entonces cuando la historia cobra tintes sobrenaturales y entremezcla el pasado y el presente hasta un sorprendente final. Detrás de todo ello, Pearce nos muestra un sinfín de valores que todos deberíamos asimilar. Empezando por el poder de la amistad, continuando con la tolerancia y el respecto, y concluyendo con la honestidad y fidelidad a uno mismo. El envoltorio en el que nos presenta esta maravilla es un relato absorbente que despertará la melancolía de los jóvenes lectores, y les ayudará a apreciar lo efímero de todo.
Los protagonistas de “El jardín secreto”, Mary y Colin, son primos. La primera es huérfana y consentida. El segundo muy irascible y además con tendencia a enfermar. Ambos viven en la mansión Manor Misselthwaite, lugar donde transcurre toda la historia. Como en otros relatos donde el ambiente es la clase alta de la sociedad, los adultos desatienden en parte a los pequeños y éstos se convierten en autosuficientes. Sobre todo Mary, antes malcriada, y ahora obligada a valerse por sí mismo. Junto a otros niños como Martha o Dickon compartirán vicisitudes siempre con la mansión como telón de fondo. El misterio gira siempre en torno al jardín secreto, un lugar oculto de la mansión con una puerta cubierta de rosales y vegetación. En este sentido también aparece el carácter naturalista de Frances Hodgson Burnett, pues se describen los cambios de estaciones y cómo éstas afectan al jardín. Una entretenida novela inglesa de principios del siglo XX.
El “Jardín de versos para niños” es una recopilación de poemas infantiles escrito por Robert Louis Stevenson. El famoso escritor inglés sabía aproximarse a la infancia con un tono inocente pero a la vez perspicaz. Es en esto donde reside la magia de sus versos, muy musicales. El acompañamiento de las ilustraciones originales de Charles Robinson permite evocar la niñez del Reino Unido del siglo XIX. Se trata de un imprescindible entre las escuelas infantiles.