El talento de Tohby Riddle como dibujante quedó más que patente en “La gran escapada del zoo de la ciudad”, una obra maestra en sí misma convertida en clásico universal desde su inmediata publicación. La historia tiene como punto de partida la fuga de una serie de animales de un zoológico, y las aventuras que empiezan a partir de entonces. Los improbables protagonistas son una tortuga, un elefante, un flamenco y un oso hormiguero, quienes a su vez se trajean de profesiones humanas. Si esto no parece lo suficientemente esperpéntico, más adelante sus caminos se verán separados y vivirán situaciones de lo más delirantes. El cuento de Riddle se sostiene a través de sus fabulosas imágenes, muchas de ellas repletas de referencias a la cultura del siglo XX. Los pequeños, aunque al principio sólo prestén atención a la trama, en posteriores relecturas intentarán encontrar detalles y elementos ocultos. Un libro de los que deberían acompañara a cualquier niño durante su infancia.
La novela de Liselotte Welskopf-Heinrich es uno de los curiosos (pero no pocos) ejemplos de western escrito en Alemania. Este género gozó de bastante éxito en el país teutón a mitad de siglo. En “Los hijos de la gran osa” se cuentan las vivencias de Harka, un indio Dakota. Harka es inicialmente un joven cuyo padre es jefe del clan. Pero, tras traicionar a su pueblo, ambos se ven obligados a exiliarse. Tras la muerte del padre, Harka retorna para liderar a la tribu y conducirlos a Canadá, donde llevarán una tranquila vida centrándose en la agricultura. Aunque el libro esté escrito por una autora alemana, la profunda documentación a la que Welskopf-Heinrich se sometía lo convierte en una precisa y bella descripción de los nativos norteamericanos. Algunos ingredientes son las aventuras, el honor y los conflictos morales, pero además esta escritora se caracteriza por su visión etnológica de la historia, lo cual enriquece el valor de esta preciosa novela.
Esta excepcional novela, publicada originalmente bajo el título “En misión secreta a través del desierto de Gobi”, es un relato originado a partir de un diario de viajes de su autor, Fritz Mühlenweg. Éste, aunque químico de profesión, viajó por Mongolia en los años 20’ para estudiar la posibilidad de abrir una ruta aérea entre Berlín y Pekín. Como hombre sin prejuicios, supo disfrutar de las culturas que se encontró a su paso, enamorándose especialmente de los mongoles y su forma de vida. Esto queda patente en esta novelización de sus experiencias, narradas utilizando a dos protagonistas ficticios, un chico chino y otro alemán, que se encuentran en peligro y son llevados a través del citado desierto. En sus aventuras se encuentran con gente muy hospitalaria pero también atraviesan ambientes verdaderamente hostiles. Al final, se dan cuenta que la mejor forma de sobrevivir y conectar con otra cultura es aceptarla y vivir como si se estuviera dentro de ella. Por tanto, además de una historia inspirada en hechos reales, esta obra es una oda a la tolerancia y el respeto.
Este libro resulta muy especial porque se basa en dos construcciones reales, las cuales se hicieron famosas y trascendieron precisamente gracias al propio cuento. Se trata de un pequeño faro rojo situado bajo el puente George Washington de Nueva York. Inicialmente solo y usado como guía de los barcos, el faro rojo se asusta cuando comienzan a construir sobre él un gran puente gris. Pronto se siente inútil y piensa que lo derribarán. No obstante, el propio puente lo tranquiliza, y le dice que él seguirá siendo el amo del río Hudson. Es un acto de camaradería entre objetos inertes, lo cual siempre transmite una sensación de afecto. Los dibujos de Lynd Ward son geniales, acompañados de la imaginación de Hildegarde H. Swift. Se pretende mostrar que todas las cosas tienen su lugar en el mundo, necesario para que el niño se eduque en el respeto, pero también para mantener su autoestima conforme va creciendo. El faro protagonista todavía se encuentra en pie, aunque en desuso.