La literatura infantil a menudo se muestra esquiva con temáticas controvertidas y difíciles de abordar y explicar a un niño. Cuando un autor sabe hacerlo hábilmente enseguida se gana el respeto de sus compañeros y suele tener éxito editorial. Un paradigma de esta situación es “Amigos del otro lado”, que aborda el conflicto en la frontera entre Estados Unidos y Mexico. Una chica estadounidense de origen mexicano, Pritetita, conoce a un “espalda mojada” (término despectivo para los que han cruzado la frontera de forma ilegal) llamado Joaquín y fragua una profunda amistad con él. Que Joaquín sea un inmigrante ilegal no priva a Prietita de estimarlo por la persona que es, y lo defiende de los constantes ataques además de ocultarlo frente a la ley. La tensión que nos narra Gloria Anzaldúa todavía se mantiene en los tiempos que corren, y ella la critica mostrando valores de fraternidad, supervivencia y esperanza. Escrito a la vez en español e inglés, uno podrá apreciar el lenguaje de ambas culturas, diferentes y que deben convivir. Y, cómo no, las ilustraciones de Consuelo Méndez son toda una delicia.
Muchos acontecimientos a lo largo de la historia han hecho a la gente posicionarse en contra de su voluntad, y enfrentando a amigos o incluso familiares. “Del otro lado de las barricadas” nos ofrece un ejemplo de ello, localizando la historia en el conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte. Kevin es católico y Sadie es protestante, pero ambos disfrutan de muchas cosas en común que agranda su amistad. A causa de las peleas entre bandos, tiempo atrás los dos protagonistas eran enemigos. Pero ahora son más reacios a renunciar a su relación. Esto provoca que Kevin sea atacado y herido, lo cual hará que se replantee su futuro. Sadie y Kevin acuerdan que, si quieren seguir juntos, deben irse de Belfast. De esta forma, se pone de manifiesto como los acontecimientos históricos separan a mucha gente, y, en definitiva, cómo la realidad social afecta de primera mano a la vida de las personas. Asimismo, también se podrá comprobar lo inútil de los conflictos religiosos porque ninguna fe justifica el infligir daño a otros.
Esta profunda historia pone de manifiesto una actitud muy valorada en el siglo XIX, la bondad innata. Este siglo estuvo plagado de conflictos y se cuestionó realmente que el ser humano pudiera ser bueno por naturaleza. George MacDonald pretende dejar claro que esto existe, y lo hace a través de Diamond, un niño que viaja con el Viento del Norte (personificado como una mujer) a sitios donde todas las vertientes negativas de la personalidad humana no existen. Al volver reparte buenos actos a su alrededor. Las críticas hacia el libro surgieron a raíz de querer equiparar a Diamond con Jesucristo. Posiblemente, este personaje estuvo inspirado en el hijo del autor, que murió joven. Está repleto de poemas y canciones de tono existencial, y su profundidad y misticismo se consideran precursores de las nuevas oleadas de literatura fantástica, representadas por Tolkien y C.S. Lewis, entre otros.