La fascinación que Lily crea sobre el lector queda de manifiesto con su tremendo éxito desde que fue por primera vez publicado este cuento en 1996. Kevin Henkes es un maestro de la narrativa infantil, ycon “Lily y su bolso de plástico morado” lo demostró con diversos detalles. Uno es el estilo ríti mico, que refleja el pensamiento de los niños y el estado de ánimo, tan fugaz y manifiesto en estas edades. Otro es su forma de ilustrar, entrañable y a la vez atrevida, muy colorida y vivaz. Y otro, el desarrollo del argumento y la inclusión de un cuento infantil escrito por Lily dentro de la narración principal. Todo esto conforma un cocktail explosivo de entretenimiento y reflexión. Lily es una ratoncita que representa todo tipo de pensamiento humano en función del momento en el que se encuentre. Henkes nos habla de su familia, de sus compañeros en la escuela y de su relación el el excéntricor profesor Slinger. Y es que éste es el típico libro que un pequeño lector querrá abordar una y otra vez para apreciar todos los detalles y descubrir, por enésima vez, la personalidad de Lily y sus acompañantes.
La serie sobre Harold se inició con este libro, “Harold y el lápiz de color morado”, el cual es probablemente el mejor. Se trata de una historia en la que una idea muy sencilla pero potente dirige toda la trama. Harold tiene una cera de color morado que materializa todo lo que dibuja. El niño se dibuja caminos, bosques, océanos, peces, globos y un sinfín de formas que surgen de su propia imaginación. Las ilustraciones, del propio Crockett Johnson, recalcan el color que le da nombre al libro, lo cual lo hace un ejemplar muy característico. Los pequeños lectores quedarán prendados de ellas así como del carácter del propio Harold. Su imaginación es el motor del argumento, y eso animará a los niños a despertar su mente. Todo envuelto en una atmósfera de inocencia y ausencia total de malas intenciones. Johnson también se permite introducir ideas como el papel de la imaginación en nuestra percepción de la realidad, enlazándolo con las ilusiones y temores que se tienen cuando eres un niño.