La literatura infantil a menudo se muestra esquiva con temáticas controvertidas y difíciles de abordar y explicar a un niño. Cuando un autor sabe hacerlo hábilmente enseguida se gana el respeto de sus compañeros y suele tener éxito editorial. Un paradigma de esta situación es “Amigos del otro lado”, que aborda el conflicto en la frontera entre Estados Unidos y Mexico. Una chica estadounidense de origen mexicano, Pritetita, conoce a un “espalda mojada” (término despectivo para los que han cruzado la frontera de forma ilegal) llamado Joaquín y fragua una profunda amistad con él. Que Joaquín sea un inmigrante ilegal no priva a Prietita de estimarlo por la persona que es, y lo defiende de los constantes ataques además de ocultarlo frente a la ley. La tensión que nos narra Gloria Anzaldúa todavía se mantiene en los tiempos que corren, y ella la critica mostrando valores de fraternidad, supervivencia y esperanza. Escrito a la vez en español e inglés, uno podrá apreciar el lenguaje de ambas culturas, diferentes y que deben convivir. Y, cómo no, las ilustraciones de Consuelo Méndez son toda una delicia.
Existe en Italia el denominado Premio Andersen (no confundir con el celebérrimo galardón bienal), otorgado por la revista homónima año tras año al mejor autor juvenil. En 1994 dicho reconocimiento se lo llevó “Salto al Otro Mundo”, de Bruno Tognolini, uno de los mejores novelistas adolescentes de las últimas décadas. El autor aúna a la perfección esa ambigüedad entre fantasía y realidad, tan presente en la mente de cualquier joven. Como una oda a la imaginación, nos presenta una pandilla de muchachos (Ce, Alemagna, Martino, Francesca y Dos) que deben rescatar a su colega Buio del “Otro Mundo”, una especie de universo paralelo fruto de sus ensoñaciones. Quizá parezca una historia de locura pero, nada más lejos de la realidad, Tognolini nos ejemplifica cómo en nuestro día a día todos nos sumergimos en momentos para evadir la cotidianeidad. Cada uno construye su propio mundo, y eso es lo que descubrirán, progresivamente y uno a uno, todos los protagonistas de la fabulosa “Salto al Otro Mundo”.
Muchos acontecimientos a lo largo de la historia han hecho a la gente posicionarse en contra de su voluntad, y enfrentando a amigos o incluso familiares. “Del otro lado de las barricadas” nos ofrece un ejemplo de ello, localizando la historia en el conflicto entre católicos y protestantes en Irlanda del Norte. Kevin es católico y Sadie es protestante, pero ambos disfrutan de muchas cosas en común que agranda su amistad. A causa de las peleas entre bandos, tiempo atrás los dos protagonistas eran enemigos. Pero ahora son más reacios a renunciar a su relación. Esto provoca que Kevin sea atacado y herido, lo cual hará que se replantee su futuro. Sadie y Kevin acuerdan que, si quieren seguir juntos, deben irse de Belfast. De esta forma, se pone de manifiesto como los acontecimientos históricos separan a mucha gente, y, en definitiva, cómo la realidad social afecta de primera mano a la vida de las personas. Asimismo, también se podrá comprobar lo inútil de los conflictos religiosos porque ninguna fe justifica el infligir daño a otros.
Esta profunda historia pone de manifiesto una actitud muy valorada en el siglo XIX, la bondad innata. Este siglo estuvo plagado de conflictos y se cuestionó realmente que el ser humano pudiera ser bueno por naturaleza. George MacDonald pretende dejar claro que esto existe, y lo hace a través de Diamond, un niño que viaja con el Viento del Norte (personificado como una mujer) a sitios donde todas las vertientes negativas de la personalidad humana no existen. Al volver reparte buenos actos a su alrededor. Las críticas hacia el libro surgieron a raíz de querer equiparar a Diamond con Jesucristo. Posiblemente, este personaje estuvo inspirado en el hijo del autor, que murió joven. Está repleto de poemas y canciones de tono existencial, y su profundidad y misticismo se consideran precursores de las nuevas oleadas de literatura fantástica, representadas por Tolkien y C.S. Lewis, entre otros.